Boletín REDLAC GAATW diciembre de 2019

Boletín REDLAC GAATW diciembre de 2019

Agencia de Noticias Independiente Noti-Calle, Ciudad de México, 29 de diciembre de 2019

Estos últimos meses hemos estado muy ocupadas en la Secretaría Internacional de GAATW, ¡nada nuevo! Hemos terminado cuatro investigaciones sobre las experiencias de violencia, acoso y explotación de las mujeres migrantes en el lugar de trabajo. Geográficamente, estas investigaciones han cubierto el sudeste asiático, Asia meridional, África y América Latina. El trabajo del hogar y el sector textil han sido dos de los sectores principales, pero también se han explorado otros como el sector del entretenimiento y la hospitalidad.

De manera generalizada en estos lugares y sectores (muy feminizados y con condiciones de explotación) las mujeres migrantes están sujetas a salarios de pobreza y malas condiciones de trabajo, así como a violencia física, psicológica y sexual que se cruza con la discriminación por el color de la piel y la nacionalidad. Las trabajadoras de la confección de Bangladesh en Jordania nos dijeron que sus empleadores dicen: "¡Las bangladesíes son baratas! Si devuelvo una, ¡puedo obtener diez!". Una trabajadora del hogar en Colombia comentaba que: "La mujer nunca me llamó por mi nombre, me decía 'negra, ven aquí', 'negra, haz esto' ..., y otra vez ella me llamaba "muchacha", lo cual era muy molesto para mí porque soy negra, y sé cuándo me llaman con cariño y cuándo no. Soy María y así es como me gusta que me llamen". Las trabajadoras del hogar de Kenia en Asia occidental comentaron que recibieron cubiertos específicos para ellas y que solo se les permitían comer después de que el resto de la familia hubiera terminado.

También quedó claro que la violencia moldea la vida de las mujeres no solo en el lugar de trabajo, sino también antes de la migración (de hecho, muchas mujeres migran para escapar de la violencia doméstica) y al regresar. La violencia y la explotación son perpetradas por empleadores individuales (hombres principalmente, pero también mujeres), agentes o miembros de la familia, o por actores del Estado (algunas mujeres de Bangladesh dijeron que el personal de la embajada los golpeó o insultó cuando se quejaron de su empleo). Sin embargo, la violencia y la explotación se sostienen en actitudes sociales patriarcales, sexistas y xenófobas, regímenes injustos de migración laboral que buscan controlar el trabajo de las mujeres y políticas económicas neoliberales que quitan el poder a las trabajadoras y se lo da a los empleadores y corporaciones.

Obviamente, aunque los perpetradores individuales de violencia deben ser castigados, debemos dirigir nuestra energía a abordar la violencia estructural demandando salarios dignos, derechos laborales y la reducción, redistribución y valoración del trabajo no remunerado de las mujeres. Que haya oportunidades de trabajo decente y protecciones sociales en los países de origen puede garantizar que la migración sea una opción, y que cuando se tome esa decisión, los derechos de las mujeres migrantes estén protegidos. (Puede leer más sobre los resultados de estas investigaciones en la publicación Demanding Justice: Women Migrant Workers Fighting Gender-Based Violence).

En junio se dio un pequeño paso en esta dirección y pudimos celebrar la adopción del Convenio 190 y la Recomendación 206 de la OIT sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Aunque la versión final no llegó a lo que deseábamos respecto a la inclusión de la violencia estructural, es una victoria que queremos celebrar. Llamamos a los estados a ratificar el Convenio 190 y, en la medida en que el tiempo y la capacidad lo permitan, estaremos trabajando con nuestras organizaciones miembros y aliadas para lograr este objetivo. En este sentido, hemos organizado cinco seminarios virtuales sobre violencia de género en el mundo del trabajo para analizar cómo se puede abordar y cómo se ve desde diferentes sectores y diferentes partes del mundo. Pueden ver vídeos de estos seminarios en nuestro canal de youtube.

Un instrumento que tenga como objetivo prevenir la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, y proporcionar soluciones para quienes lo experimentan, podría ser más relevante para la mayoría de las trabajadoras que el marco de lucha contra la trata. Las mujeres que participaron en nuestras investigaciones pueden o no haber sido "técnicamente" objeto de trata; no preguntamos porque no era el objetivo de nuestra investigación centrarnos en la definición tan estrecha y restrictiva de la trata ni explorar jerarquías de sufrimiento. Hasta donde sabemos, la mayoría de ellas no fueron identificadas/etiquetadas como víctimas de trata. Y esto puede haber sido una ventaja para ellas, pues como bien sabemos, una detención prolongada y no deseada en un refugio, y un regreso al país de origen, a veces es todo lo que la etiqueta de "trata" puede ofrecer a las mujeres migrantes.

Mirar de manera integral a la trata como un problema en las intersecciones de género, trabajo y migración exige que ampliemos nuestros horizontes, profundicemos nuestros análisis y forjemos nuevas alianzas. Con este fin, organizamos dos diálogos entre movimientos: uno en Amman, con representantes de sindicatos y ONG que trabajan en los derechos de las mujeres, la migración, el trabajo y el antirracismo del sur de Asia, Medio Oriente y el norte de África (ver más información bajo la sección de Noticias de la secretaría); y uno en India, con representantes de sindicatos y organizaciones de derechos de las personas migrantes, de las mujeres, de los y las trabajadoras y los grupos de derechos de Dalit y Adivasi (puede leer un breve artículo sobre esta reunión aquí). Estos intercambios han sido sumamente enriquecedores y continuaremos el trabajo en esta línea.

La crisis climática experimentó una escalada en los últimos meses: julio fue el mes más caluroso jamás registrado. En Europa, el verano fue inusualmente caluroso, con temperaturas que subieron hasta mediados de los 40 grados en varios países del norte. Gran parte de la India experimentó sequías y la gente se quedó sin agua (¡o forzada a comprarla a operadores de negocios privados!) Debido a la llegada tardía del monzón; muchas personas se vieron obligadas a emigrar a las ciudades en busca de trabajo después de que sus medios de vida fueron destruidos. La escasez de lluvias también se sintió severamente en el sudeste asiático: el río Mekong, del que dependen más de 60 millones de personas para su alimentación y sustento, estaba en su nivel más bajo en 100 años debido a una combinación de cambio climático y capitalismo rapaz. También se culpó a estos factores de la incineración de la Amazonía, que pone en peligro no solo la flora, la fauna y los seres humanos que residen en la región, sino también la humanidad misma. Necesitamos comprender cómo los factores ambientales afectan la migración, cómo la crisis climática afecta directamente los medios de vida de las personas y las empuja fuera de sus lugares de origen.

La crisis climática exige una acción hacia el cambio sistémico y estamos encantadas de ver algunos desarrollos positivos. La juventud salió a las calles en números sin precedentes y pidieron a sus gobiernos que respondieran a la emergencia climática. Se han unido a la lucha ecologistas, las organizaciones de mujeres, los pueblos indígenas y los sindicatos. A nivel local, los colectivos de mujeres han desarrollado modelos de autosuficiencia para rechazar el monocultivo corporativo desastroso. Debemos apoyar estos esfuerzos de resistencia, así como reexaminar cómo nosotras, como organizaciones de la sociedad civil, hacemos nuestro trabajo y cómo estamos conectadas con los movimientos de base de justicia social. Debemos cuestionar si la incidencia dentro de las instituciones multilaterales y los espacios principales de "desarrollo" realmente crean el cambio necesario para evitar el colapso climático y el aumento de las desigualdades sociales, y redirigir nuestras energías donde nuestro impacto pueda ser mayor.

Pueden enviarnos sus comentarios a chusa@gaatw.org.

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Noticias del Secretariado Internacional de la GAATW
Mujeres migrantes contra la violencia en el mundo del trabajo: una investigación en América Latina

En julio, GAATW-SI y nuestros miembros de Perú, México, Guatemala, Colombia, Brasil y Argentina celebramos una reunión de tres días para revisar la información recopilada durante la investigación Mujeres migrantes contra la violencia en el mundo del trabajo y establecer pautas comunes para su análisis.

La investigación parte de la importancia de escuchar las voces de las trabajadoras migrantes y explora sus experiencias de violencia de género en el mundo del trabajo en sectores como la hostelería, el trabajo del hogar, el trabajo sexual y las fábricas de ropa. Los informes finales se publicarán en el mes de noviembre.

Entre los desafíos para llevar a cabo la investigación, los miembros destacaron la dificultad de encontrarse con las trabajadoras migrantes, tanto de forma individual como colectiva. En general todas las participantes se encuentran en situaciones de inseguridad laboral, con muchas horas de trabajo pero condiciones labores muy precarias. Para facilitar el proceso, las organizaciones fueron muy flexibles a la hora de acordar no solo el horario de las reuniones sino también los lugares.
Estos últimos meses hemos estado muy ocupadas en la Secretaría Internacional de GAATW, ¡nada nuevo! Hemos terminado cuatro investigaciones sobre las experiencias de violencia, acoso y explotación de las mujeres migrantes en el lugar de trabajo. Geográficamente, estas investigaciones han cubierto el sudeste asiático, Asia meridional, África y América Latina. El trabajo del hogar y el sector textil han sido dos de los sectores principales, pero también se han explorado otros como el sector del entretenimiento y la hospitalidad.

De manera generalizada en estos lugares y sectores (muy feminizados y con condiciones de explotación) las mujeres migrantes están sujetas a salarios de pobreza y malas condiciones de trabajo, así como a violencia física, psicológica y sexual que se cruza con la discriminación por el color de la piel y la nacionalidad. Las trabajadoras de la confección de Bangladesh en Jordania nos dijeron que sus empleadores dicen: "¡Las bangladesíes son baratas! Si devuelvo una, ¡puedo obtener diez!". Una trabajadora del hogar en Colombia comentaba que: "La mujer nunca me llamó por mi nombre, me decía 'negra, ven aquí', 'negra, haz esto' ..., y otra vez ella me llamaba "muchacha", lo cual era muy molesto para mí porque soy negra, y sé cuándo me llaman con cariño y cuándo no. Soy María y así es como me gusta que me llamen". Las trabajadoras del hogar de Kenia en Asia occidental comentaron que recibieron cubiertos específicos para ellas y que solo se les permitían comer después de que el resto de la familia hubiera terminado.

También quedó claro que la violencia moldea la vida de las mujeres no solo en el lugar de trabajo, sino también antes de la migración (de hecho, muchas mujeres migran para escapar de la violencia doméstica) y al regresar. La violencia y la explotación son perpetradas por empleadores individuales (hombres principalmente, pero también mujeres), agentes o miembros de la familia, o por actores del Estado (algunas mujeres de Bangladesh dijeron que el personal de la embajada los golpeó o insultó cuando se quejaron de su empleo). Sin embargo, la violencia y la explotación se sostienen en actitudes sociales patriarcales, sexistas y xenófobas, regímenes injustos de migración laboral que buscan controlar el trabajo de las mujeres y políticas económicas neoliberales que quitan el poder a las trabajadoras y se lo da a los empleadores y corporaciones.

Obviamente, aunque los perpetradores individuales de violencia deben ser castigados, debemos dirigir nuestra energía a abordar la violencia estructural demandando salarios dignos, derechos laborales y la reducción, redistribución y valoración del trabajo no remunerado de las mujeres. Que haya oportunidades de trabajo decente y protecciones sociales en los países de origen puede garantizar que la migración sea una opción, y que cuando se tome esa decisión, los derechos de las mujeres migrantes estén protegidos. (Puede leer más sobre los resultados de estas investigaciones en la publicación Demanding Justice: Women Migrant Workers Fighting Gender-Based Violence).

En junio se dio un pequeño paso en esta dirección y pudimos celebrar la adopción del Convenio 190 y la Recomendación 206 de la OIT sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Aunque la versión final no llegó a lo que deseábamos respecto a la inclusión de la violencia estructural, es una victoria que queremos celebrar. Llamamos a los estados a ratificar el Convenio 190 y, en la medida en que el tiempo y la capacidad lo permitan, estaremos trabajando con nuestras organizaciones miembros y aliadas para lograr este objetivo. En este sentido, hemos organizado cinco seminarios virtuales sobre violencia de género en el mundo del trabajo para analizar cómo se puede abordar y cómo se ve desde diferentes sectores y diferentes partes del mundo. Pueden ver vídeos de estos seminarios en nuestro canal de youtube.

Un instrumento que tenga como objetivo prevenir la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, y proporcionar soluciones para quienes lo experimentan, podría ser más relevante para la mayoría de las trabajadoras que el marco de lucha contra la trata. Las mujeres que participaron en nuestras investigaciones pueden o no haber sido "técnicamente" objeto de trata; no preguntamos porque no era el objetivo de nuestra investigación centrarnos en la definición tan estrecha y restrictiva de la trata ni explorar jerarquías de sufrimiento. Hasta donde sabemos, la mayoría de ellas no fueron identificadas/etiquetadas como víctimas de trata. Y esto puede haber sido una ventaja para ellas, pues como bien sabemos, una detención prolongada y no deseada en un refugio, y un regreso al país de origen, a veces es todo lo que la etiqueta de "trata" puede ofrecer a las mujeres migrantes.

Mirar de manera integral a la trata como un problema en las intersecciones de género, trabajo y migración exige que ampliemos nuestros horizontes, profundicemos nuestros análisis y forjemos nuevas alianzas. Con este fin, organizamos dos diálogos entre movimientos: uno en Amman, con representantes de sindicatos y ONG que trabajan en los derechos de las mujeres, la migración, el trabajo y el antirracismo del sur de Asia, Medio Oriente y el norte de África (ver más información bajo la sección de Noticias de la secretaría); y uno en India, con representantes de sindicatos y organizaciones de derechos de las personas migrantes, de las mujeres, de los y las trabajadoras y los grupos de derechos de Dalit y Adivasi (puede leer un breve artículo sobre esta reunión aquí). Estos intercambios han sido sumamente enriquecedores y continuaremos el trabajo en esta línea.

La crisis climática experimentó una escalada en los últimos meses: julio fue el mes más caluroso jamás registrado. En Europa, el verano fue inusualmente caluroso, con temperaturas que subieron hasta mediados de los 40 grados en varios países del norte. Gran parte de la India experimentó sequías y la gente se quedó sin agua (¡o forzada a comprarla a operadores de negocios privados!) Debido a la llegada tardía del monzón; muchas personas se vieron obligadas a emigrar a las ciudades en busca de trabajo después de que sus medios de vida fueron destruidos. La escasez de lluvias también se sintió severamente en el sudeste asiático: el río Mekong, del que dependen más de 60 millones de personas para su alimentación y sustento, estaba en su nivel más bajo en 100 años debido a una combinación de cambio climático y capitalismo rapaz. También se culpó a estos factores de la incineración de la Amazonía, que pone en peligro no solo la flora, la fauna y los seres humanos que residen en la región, sino también la humanidad misma. Necesitamos comprender cómo los factores ambientales afectan la migración, cómo la crisis climática afecta directamente los medios de vida de las personas y las empuja fuera de sus lugares de origen.

La crisis climática exige una acción hacia el cambio sistémico y estamos encantadas de ver algunos desarrollos positivos. La juventud salió a las calles en números sin precedentes y pidieron a sus gobiernos que respondieran a la emergencia climática. Se han unido a la lucha ecologistas, las organizaciones de mujeres, los pueblos indígenas y los sindicatos. A nivel local, los colectivos de mujeres han desarrollado modelos de autosuficiencia para rechazar el monocultivo corporativo desastroso. Debemos apoyar estos esfuerzos de resistencia, así como reexaminar cómo nosotras, como organizaciones de la sociedad civil, hacemos nuestro trabajo y cómo estamos conectadas con los movimientos de base de justicia social. Debemos cuestionar si la incidencia dentro de las instituciones multilaterales y los espacios principales de "desarrollo" realmente crean el cambio necesario para evitar el colapso climático y el aumento de las desigualdades sociales, y redirigir nuestras energías donde nuestro impacto pueda ser mayor.

Pueden enviarnos sus comentarios a chusa@gaatw.org.

Noticias del Secretariado Internacional de la GAATW
Mujeres migrantes contra la violencia en el mundo del trabajo: una investigación en América Latina

En julio, GAATW-SI y nuestros miembros de Perú, México, Guatemala, Colombia, Brasil y Argentina celebramos una reunión de tres días para revisar la información recopilada durante la investigación Mujeres migrantes contra la violencia en el mundo del trabajo y establecer pautas comunes para su análisis.

La investigación parte de la importancia de escuchar las voces de las trabajadoras migrantes y explora sus experiencias de violencia de género en el mundo del trabajo en sectores como la hostelería, el trabajo del hogar, el trabajo sexual y las fábricas de ropa. Los informes finales se publicarán en el mes de noviembre.

Entre los desafíos para llevar a cabo la investigación, los miembros destacaron la dificultad de encontrarse con las trabajadoras migrantes, tanto de forma individual como colectiva. En general todas las participantes se encuentran en situaciones de inseguridad laboral, con muchas horas de trabajo pero condiciones labores muy precarias. Para facilitar el proceso, las organizaciones fueron muy flexibles a la hora de acordar no solo el horario de las reuniones sino también los lugares.

Noticias de nuestros miembros

AMUMRA reinaugura sus oficinas: compartiendo experiencias, ideas y proyectos

El pasado 20 de Septiembre, AMUMRA, reinauguró sus oficinas que incluyen un centro de atención a mujeres migrantes y refugiadas, un centro de derechos humanos y ciudadanía para la población migrante y refugiada y la oficina general de AMUMRA.

Durante el evento visibilizamos las dificultades que viven a diario las mujeres migrantes (tanto internas como externas) y las mujeres refugiadas; violencia familiar, discriminación, explotación laboral, trata, atropellos judiciales, allanamientos policiales ilegales y muchas veces la indiferencia judicial. Espacios como el que inauguramos son fundamentales para dar una mejor respuesta a las personas migrantes y refugiadas.

Contamos con la presencia de distintas autoridades y representantes de organismos, como el Director del Instituto de Políticas Migratorias IPMA, Dr. Lelio Marmora, la Lic. Gabriela Fernandez de la Organización Internacional para las migraciones OIM, la Lic. Pamela Malewicz de la Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del GCBA, la Dra. Maria Jose Lubertino entre otrxs. Asi mismo firmamos un convenio de cooperación con el Centro de Atención contra las violencias gestionado por RATT Argentina.

Fue un día donde personas migrantes de distintas nacionalidades, voluntarias, socias, lideres migrantes territoriales, representantes de organizaciones de migrantes y distintas personalidades nos reunimos para compartir experiencias, ideas y proyectos, y celebrar el gran recorrido de AMUMRA.

Tres demandas no negociables
Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, Elisa Martínez. México.

Brigada Callejera hace tres demandas no negociables en las disposiciones sobre trabajo sexual de las iniciativas de ley sobre trabajo no asalariado de la Ciudad de México:

NO AL PAGO DE CUOTAS O IMPUESTOS:
Estamos en contra de que las trabajadoras sexuales de la vía pública paguen impuestos, aprovechamientos, cuotas de seguridad social, cobros por el uso de la vía pública o el registro y expedición de licencias y credenciales. La atención médica está garantizada en los centros de salud de la Ciudad.

LA SECRETARÍA DEL TRABAJO DEBE SER LA INSTITUCIÓN RECTORA DE ESTA LEY:
En una ley que protege el derecho al trabajo, la Secretaría del Trabajo, debe ser la encargada de su registro, así como de la emisión de las licencias que les acrediten como tales y el árbitro ante otras autoridades y grupos vecinales.

NO AL CONTROL SANITARIO:
Estamos en contra del control sanitario del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, por ser una práctica discriminatoria ineficaz, que va en contra de las disposiciones de la Ley Federal de Salud y de la Modificación de la Norma Oficial Mexicana, NOM-010-SSA2-1993. El secretario de salud del Gobierno del Distrito Federal, Rolando Cordera Pastor, publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, el día 25 de mayo del año 2000, la prohibición para continuar dicha práctica, por haber sido utilizada con fines ilícitos, contrarios a la prevención y por no garantizar la práctica sexual protegida, indispensable para la prevención del contagio de ITS.

Para cualquier comentario o participación en el boletín puede escribir a chusa@gaatw.org.

Artículos

Cómo responde el Estado colombiano a las violencias contra las mujeres en el mundo del trabajo
Bianca Fidone, Corporación Espacios de Mujer, Medellín (Colombia)

El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades,
de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo
en condiciones dignas y justas. (Art. 25 Constitución Política de Colombia de 1991)

En el mercado laboral colombiano, las mujeres representan el 42% de la población ocupada total (57,5%) y su tasa de desempleo es del 14,4%, más de seis puntos por encima de la masculina según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadí­stica.

A pesar de que la inserción de las mujeres en el mercado laboral ha mejorado en los últimos años, las brechas de género persisten en materia de desempleo, informalidad, tipo de ocupación e ingresos. Las mujeres experimentan lo que se denomina "techos de cristal" (mujeres con educación y salarios altos, pero con ingresos desiguales respecto a hombres de su mismo nivel educativo y laboral) y"pisos pegajosos" (maternidad, menores oportunidades educativas y laborales, trabajo doméstico y de cuidado no remunerado como centro de las actividades diarias; menor participación en el mercado laboral), limitando su acceso a mejores condiciones laborales, mayores ingresos y mejor calidad de vida.

En el mayor número de los casos las ví­ctimas de acoso laboral son mujeres.1 La violencia contra las mujeres en su lugar de trabajo es frecuente, pero el número de denuncias y sanciones es bajo. Tales prácticas violentas se han hecho cotidianas en ambientes laborales de todos los niveles. Frases intimidantes, gritos y uso de términos descalificativos, prohibición de realizar ciertas funciones y redimensionamiento/reducción de la carga laboral son las conductas más denunciadas, junto al abuso de poder por parte del empleador que abarca violencias como el maltrato físico (agresiones, palizas, intentos de homicidio y feminicidio - entre otros), violencia sexual (violación y abusos sexuales - entre otras), amenazas de violencia y acecho.

En términos generales, existen varios factores que contribuyen a esta situación. Socialmente están los roles de género asignados a mujeres y hombres, el hecho de que a las mujeres se les asignan más responsabilidades familiares y que se visibilizan pocos referentes femeninos de éxito. Organizacionalmente están las culturas corporativas que privilegian los roles masculinos, la ausencia de políticas de equidad de género y de programas de formación para mujeres, los prejuicios y sesgos de género en los procesos de reclutamiento, promoción, capacitación, evaluación del desempeño y compensación, y la ausencia de estrategias de retención con enfoque de género.

Frente a la discriminación en el acceso al empleo formal, el Estado no ha adoptado medidas efectivas para reducir la brecha salarial; no ha cuantificado el porcentaje de mujeres cuyos trabajos han sido formalizados en varios sectores donde tienen presencia mayoritaria, por ejemplo, el trabajo del hogar o el trabajo como manicuristas; tampoco ha señalado la proporción respecto del total de mujeres que laboran en la informalidad, o ha identificado la participación real de las mujeres en sectores económicos como el minero o la construcción de infraestructura vial; no ha evaluado los efectos adversos de los tratados comerciales en el empleo femenino en la industria textil ni en la sostenibilidad de las pequeñas y medianas empresas de propiedad de mujeres; ni ha desarrollado políticas compensatorias.

La creación de la Subcomisión de Género en la Comisión Permanente de Políticas Salariales Laborales del Ministerio de Trabajo (Resolución 758/2016) no ha tenido participación relevante en discusiones estratégicas como la definición del salario mínimo legal mensual.

[1] En el 2017, las mujeres interpusieron 108 denuncias por esta conducta, contra 82 de los hombres. Universidad Libre de Colombia, "Más de 1.400 casos de acoso laboral se han denunciado este año en Colombia", 23 de agosto de 2018.

¿Por qué es necesario el enfoque de género también en las políticas laborales?
A Carolina Pascuas Cifuentes le dijeron que "la política de ECOPETROL era no recibir mujeres para ese cargo" cuando intentó presentarse al concurso para vigilante en la empresa mencionada. No pidió que se lo pusieran por escrito, pero presentó una tutela por discriminación.

En la sentencia T-247 de 2010, la Corte Constitucional señaló que, aunque no tuviera prueba de que le habían dicho que no se presentara, ECOPETROL no había podido probar que en el concurso se hubiera presentado alguna mujer. Por esta razón, obligó a la empresa a repetir el concurso y recibir los documentos de la señora Pascuas Cifuentes. La Corte en este caso señaló que la discriminación de las mujeres en el empleo es estructural y por esto las mujeres que la alegan deben ser respaldadas por los operadores judiciales en cuanto a la credibilidad de sus reclamos.

Esperanza, secretaria en la facultad de derecho de una Universidad, se involucró sentimentalmente con uno de los estudiantes. Un día llegó con un ojo negro (causado por una golpiza que le propinó dicho estudiante) y la Universidad la despidió alegando falsamente que los reglamentos prohibían las relaciones amorosas entre trabajadoras/es y estudiantes. Mientras que el agresor recibió únicamente un llamado de atención "advirtiéndole que de volver a tener conocimiento del más mínimo comportamiento suyo en tal sentido le aplicaremos las consecuencias previstas reglamentariamente." Así, tras un caso de violencia contra la mujer, la Universidad despide a la víctima y "regaña" al agresor.

Mónica trabajaba como profesora en la Universidad cuando algunas empleadas del aseo le pidieron que las apoyara frente al acoso sexual al que eran sometidas por uno de los celadores. Mónica lo hizo y la Universidad despidió a todos los celadores. Aunque Mónica apoyó a los celadores que no habían estado involucrados en la situación de acoso, esto generó un proceso de revictimización de las empleadas del aseo porque las culpabilizaron de estos despidos, La respuesta de la Universidad a estas dos acciones fue despedirla e indemnizarla. El despido de la docente tuvo como fundamento eliminar un discurso incómodo para la universidad; la defensa de los derechos de las mujeres.

Esperanza y Mónica fueron despedidas de las Universidades en las que trabajaban porque su situación era fuente de "conflicto". Ambas fueron indemnizadas de acuerdo con la normativa colombiana. Ambas reclamaron que dichos despidos se dieron en el marco de situaciones de violencia de género y que, al quedarse sin empleo, quedaban en una situación de vulnerabilidad. La Corte Constitucional señaló que no se puede despedir a una persona que está siendo víctima de violencia (Esperanza) o que está ejerciendo sus derechos para garantizar los derechos de otra persona (Mónica).

En ambos casos, con sentencia T-878 de 2014 y T-239 de 2018, la Corte Constitucional obligó a las respectivas universidades a reintegrar a las mujeres despedidas, pagarles los salarios dejados de percibir y pedirles disculpas. En ambos casos se obligó a las Universidades a tomarse en serio la discriminación y violencia contra las mujeres, tomar cursos sobre enfoque de género y diseñar mecanismos para hacerse cargo de estas situaciones en el futuro.

En conclusión podemos decir que se han hecho muchos avances desde el aspecto normativo que ha sabido responder a las situaciones de discriminación. Sin embargo, esos avances se muestran todavía insuficientes cuando hablamos del derecho al trabajo de las mujeres puesto que no han logrado generar cambios efectivos en su participación en el mercado laboral, ni en el respeto y la garantía de sus derechos laborales.

Bolivia: La profunda convulsión que lleva al desastre
Raquel Gutiérrez, Muy Waso

Compatimos un análisis necesario que llega con toda la contundencia, conocimiento y lucidez de Raquel Gutiérrez. Necesario para comprender lo sucedido en Bolivia y la gestación de los hechos que vivimos en Bolivia durante las últimas semanas.

Han pasado más de dos semanas desde que el 20 de octubre se realizaron las elecciones en Bolivia y los sucesos acontecen con enorme rapidez. Es muy complicado comprender lo que allá está en juego, pues en las calles y carreteras de Bolivia no se expresa hoy solo una disputa electoral sino, al menos, el enorme y heterogéneo enojo contra 10 años de agravios de Evo y su forma machista-leninista pseudo plurinacional de organizar el mando político, la economía y la vida pública.

Toda esa energía social de desacato e impugnación a lo que la población ya no está dispuesta a continuar admitiendo, está siendo cercada por una gigantesca maniobra desde las más delirantes y machistas posturas conservadoras, capitalistas, racistas y religiosas.

Ensayo la construcción de una explicación: hilar hechos y narrativas contrastadas porque, en estos momentos, de lo que se trata es de desarmar la lógica de polarización, enfrentamiento y champaguerra que hoy desgarran las ciudades y regiones del país. También se trata de aprender de la ferocidad de lo que se confronta. Seguir leyendo.

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Recursos

Huelga internacional de mujeres: ¿POR QUÉ PARAMOS?
Porque las promesas hechas por nuestros gobiernos de promover la igualdad, el desarrollo y la paz para todas las mujeres hace 25 años no se han cumplido, y las mujeres y las niñas siguen siendo blanco de discriminación y violencia en todo el mundo.

Porque el Día Internacional de la Mujer es un día en el que generación tras generación, las mujeres se han levantado y protestado, poniendo en riesgo sus vidas para defender sus derechos humanos y libertades fundamentales. ¡Honremos esa historia, reivindiquemos este día y reavivemos el poder colectivo de las mujeres para exigir nuestros derechos humanos!

Porque el derecho a la huelga es un derecho humano reconocido y, a lo largo de la historia, las huelgas han sido una táctica efectiva para aprovechar el poder de los movimientos para influir en el cambio. Las huelgas han fomentado, revivido y fortalecido la solidaridad a través de luchas y movimientos para cambiar la opresión estructural, ya sea el patriarcado, el neoliberalismo, la globalización, el militarismo, los fundamentalismos o la destrucción del medio ambiente.

Pueden encontrar la declaración política, material para la campaña y otro material en este link https://womensglobalstrike.com/es/

Nuevas Narrativas: Como las migraciones nos pueden ayudar a contar la realidad de otra manera y viceversa. Reglas y sugerencias de un nuevo discurso migratorio.
Por Causa

En la Fundación porCausa llevamos desde 2016 trabajando en la narrativa migratoria, analizando cómo se ha creado, cuáles son sus características y cómo ha permeado en la opinión pública, sobre todo en las grandes audiencias y en el debate público. Gran parte de la narrativa migratoria tiene su origen concreto en el 11S. A raíz de esta agresión se genera una narrativa de securitización, que genera miedo en los ciudadanos y propone como solución principal incrementar los recursos para controlar y limitar los movimientos de personas en el mundo. Esta narrativa primigenia ha ido creciendo y evolucionando hasta llegar al momento presente en que el tema de la migración se ha convertido en una herramienta para aupar discursos nacionalistas y proteccionistas generados con gran maestría por lo que, desde la Fundación, hemos denominado la "franquicia del populismo antimigratorio". A día de hoy está generalmente aceptada la necesidad de dar un giro al marco narrativo migratorio actual.

Esta guía presenta las conclusiones de mucho trabajo en este ámbito recopilando la información de una infinidad de estudios sociales, campañas y experiencias propias. Nuestras conclusiones se resumen en tres reglas para crear contenido y cuatro herramientas adicionales que permiten mejorar la calidad del mensaje y su penetración.

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Noti-Calle es un servicio de Noticias de la Brigada Callejera desde el año 1996.

Brigada Callejera, es una organización de base comunitaria con 30 años de experiencia en la defensa de trabajadoras sexuales, en la prevención y detección del VIH e ITS y en la movilización comunitaria ante la trata de personas, abusos de autoridad y violencia hacia las mujeres.

Brigada Callejera, forma parte del Consejo Ciudadano de VIH e ITS de la Ciudad de México y de la Alianza Global contra la trata de Mujeres, GAATW, por sus siglas en inglés.