“No hay grito sin gorrito”: Rosa Icela Madrid de Brigada Callejera
https://semillas.org.mx/2017/11/30/no-grito-sin-gorrito-rosa-icela-madrid/
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Por Emilia Perujo (@_emilia_p)
Elvira Madrid, Rosa Icela Madrid y Jaime Montejo llegaron a La Merced de jóvenes. Ahí fueron conociendo el mundo del trabajo sexual y viendo de cerca las injusticias que enfrentan las mujeres en la calle. Tenían menos de veinte años y formaron lo que hoy es Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, A.C.
Visitamos sus oficinas en el corazón del barrio antes del 15 de septiembre, donde entre fotografías, posters y campañas sobre hacer de cada trabajadora sexual una promotora de salud, resaltaba el ambiente enérgico y a la vez cálido de Brigada Callejera, con comentarios como “no hay grito sin gorrito”.
Elvira, Rosa Icela y Jaime vienen de colonias populares, de toda una vida de ver injusticias, de no tener quizá las palabras adecuadas para luchar, pero de estar seguros de que la desigualdad debe combatirse y de que hay que encontrar el camino para hacerlo. Brigada Callejera es una de las organizaciones que Fondo Semillas apoya. Fue fundada con el fin de acompañar a trabajadoras sexuales en la lucha por sus derechos como trabajadoras y su acceso a la salud.
“En Brigada buscamos un derrocamiento para que no exista tanta desigualdad, cuesta trabajo, vamos contra un monstruo que no quiere permitirlo. El poder es el poder, y se puede poner la playera morada, la amarilla, la playera del color que quiera”, señala Rosa Icela, quien convive día a día con las historias de las trabajadoras sexuales y les acerca actividades de empoderamiento.
“Hay gente como Gloria ‘la sonriente’, un ejemplo de mujer que, a pesar de que la vida ha sido muy, muy cabrona con ella, siempre la ves sonriendo. Y dices: esa puta fortaleza tenemos que sacar. Y por eso nosotros siempre nos burlamos de muchos sucesos, de muchas cosas, para que la vida no se nos haga tan pesada. Hemos aprendido que puedes transformar, incidir y, también, aprender a no juzgar. Cuando tú empiezas a juzgar, pones una barrera para muchas cosas. Entonces, es el respeto, la dignificación de la mujer, como ella quiera ser”.
“El financiamiento que nos da Fondo Semillas sirve para transformar”, señala Rosa Icela. Como organización, les ha permitido promover una cultura de la prevención con el uso del condón femenino, que brinda a las trabajadoras sexuales una forma de apropiarse de su cuerpo y de su salud, ya que si los clientes no acceden a usar condón masculino, ellas tienen en sus manos protegerse.
Desde hace más de 20 años, Brigada callejera apoya a trabajadoras sexuales para que se organicen y exijan ser reconocidas como trabajadoras no asalariadas, con derechos laborales. También brinda servicios de salud dignos y libres de discriminación.
“No todo es malo, aquí hemos aprendido mucho, nos hemos reído mucho, y yo creo que eso es lo más importante: sacar la fortaleza y todas esas enseñanzas de las mujeres con las que trabajamos”, concluye Rosa Icela.
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