Participación de Brigada Callejera en el II Simposio Interdisciplinario: Viviendo con VIH.
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 21 de noviembre de 2017.
Por Elvira Madrid Romero de la Agencia de Noticias Independiente Noti-Calle, Ciudad de México, 21 de noviembre de 2017.
Control sanitario del VIH e ITS.
Control sanitario excesivo: cada mes por ejemplo se les hacen pruebas de detección del VIH.
Cobro de los servicios de control sanitario, a través de laboratorios particulares o servicios públicos de salud.
Cobro de cuotas de extorsión por parte de inspectores y otros funcionarios públicos municipales o estatales.
Cobro de multas excesivas por no participar o no actualizar sus documentos de control sanitario.
Detenciones por no estar en regla sus documentos de control sanitario.
Utilización de pruebas rápidas de detección de sífilis, sin hacerse titulaciones para descartar memoria inmunológica; situación que coloca en la clandestinidad a quien ha padecido alguna vez esta ITS y que las obliga a pagar cuotas de extorsión o a salir de circulación de los canales oficiales de comercio sexual.
Venta de condones del sector salud por parte de autoridades.
Expulsión de los lugares donde trabajan, en casos de resultados positivos al VIH; incluso con el apoyo de patrullas de la policía.
Violación de la confidencialidad: los dueños de los lugares se enteran si una persona resulta con una ITS o con VIH, porque son quienes manejan los documentos de control sanitario de su personal.
Negación de tratamientos para ITS e incluso antirretrovirales por tratarse de personas que trabajan en el sexo.
Desabasto de condones, pruebas rápidas de VIH y sífilis, Papanicolaou y fórmula láctea para madres que viven con VIH y amamantan bebés.
No se entregan resultados de Papanicolaou.
No hay disponibilidad de tratamiento para la sífilis, Hepatitis B o Hepatitis C.
Se criminaliza la transmisión del VIH, que no tiene un impacto sobre su prevención.
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