Ponencia sobre el libro "Putas, Activistas y Periodistas"

Ponencia sobre el libro "Putas, Activistas y Periodistas"

Por Paulina Conde de la Agencia de Noticias Independiente Noti-Calle, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 28 de enero de 2019.

¿Qué es ser prostituta? “Es la acción de vender los principios y la ética de un valor monetario”,respondimos. Por eso no somos prostitutas. ¿Sexoservidoras? “Es estar dispuestas a que el amo nos tome en el momento en que se le antoje. A que nos use y nos tire”. Tampoco somos Sexoservidoras.

Somos trabajadoras sexuales porque ofrecemos un servicio sexual y recibimos una retribución económica por él”. “Ejercemos este trabajo desde la libertad. (Página 11)

comienzo con este fragmento de la página 11,porque es un fragmento muy poderoso, y a lo largo del libro lo encontraremos constantemente y porque además es parte del lenguaje con perspectiva de género.
Putas, Activistas y periodistas, es un libro de entrevistas, de crónicas de vidas.

Desde hace algunos años que he estado de cerca, con el apoyo de Brigada Callejera en la defensa de los derechos humanos de las trabajadoras sexuales en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, he tenido la oportunidad de leer artículos, columnas, libros, ensayos, etcétera, sobre el trabajo sexual, desde el punto de vista sociológico o incluso a través de investigaciones periodistas, lo cual me han parecido muy valiosos. Hemos debatido si uno esta a favor o en contra. Incluso dentro del feminismo las hay quienes apoyamos y existen también las abolicionistas. y comento esto, porque este libro es diferente, es un libro hecho por trabajadoras sexuales, por medio del taller de periodismo De Abajo Aquiles Baeza. y encontramos 21 historias de vidas de trabajadoras sexuales mujeres y mu-jeres vestidas.

Y sin duda hay un sin fin de investigaciones sobre el trabajo sexual y habemos algunas cuentas inmersas en la defensa de sus derechos, pero jamás tendremos la piel que ellas viven.
La esquina, una cantina, un antro, un hotel, zonas de tolerancia, su lugar de trabajo.

La mayoría de veces, en las pocas conversaciones cuando se habla del trabajo sexual en las calles principalmente, siempre juzgamos y descalificamos a las mujeres y mujeres vestidas que están ahí paradas y este libro nos da una gran lección. A pesar de conocer y tener compañeras activistas dedicadas al trabajo sexual, jamás había leído tantas historias juntas, y debo confesar que por momentos no podía seguir le-yendo, pues las historia de vidas son dolorosas, y confirme avanzaba de pagina cada vez se ponía peor.

Y seguramente muchos y muchas aquí en la sala querrán leer el libro para saber como es que decidieron dedicarse a este trabajo, y es ahí donde comienza todo. Las historias algunas diferentes, otras parecidas pero que las llevaron al mismo camino. Es claro que todas lo hicieron por una necesidad, sin embargo el recorrido para llegar ahí es doloroso y cruel y con esto me viene algo a la memoria. Hace algunos años cuando por primera vez estaba frente a un número considerable de trabajadoras sexuales y tenía que darles un mensaje, me quedé muda, porque en esa ocasión, me dije: ¿que les puedo decir? si son mujeres que han sufrido todos los tipos de violen-cia, si han sido vulnerados todos sus derechos. Y hoy a pesar de estar inmersa en este tema desde hace algunos años, después de leer este libro, en realidad me doy cuenta que he aprendido poco del trabajo sexual. Al leer a estas 21 personas, que se desnudan ante el lector para contar su historia y narrar lo que han que han vivido, el mensaje que quieren darnos es claro. Lo que ellas piden en este libro es respeto, que las autoridades no violenten sus derechos, que los medios no desinformen.

Y el público quizá pueda estar pensando en trata de personas , y si, en el libro constantemente leeremos sobre la trata, de la explotación sexual de mujeres, niñas y niños, de la venta de mujeres y niñas, de la privación ilegal de mujeres y niñas, y aun-que muchas pasaron por ahí, lo que quieren decirnos es que si, no tuvieron mejores oportunidades en la vida, pero que hoy ejercen el trabajo sexual porque ellas así lo decidieron, como lo dice Krizna; “fue la situación económica lo que me llevó al traba-jo sexual. Me atreví a intentar el talón y vi que funcionaba”.

El trabajo sexual es un trabajo no reconocido, no asalariado, y retomo lo que dice Alessa en la página 127 “Nuestro oficio no está permitido por la ley. Le propendía al gobierno hubiera lugares para trabajar, que pagaramos impuestos, pero que tuviéramos seguro social, salud, y por qué no una casa”. Esa es la Voz de Alessa, pero en realidad es la voz de las miles de mujeres que se dedican al trabajo sexual en México. En algunos estados ya son reconocidas como trabajadoras no asalariadas.

En este libro encontraremos grandes historias, si, historias desgarradoras, pero que han sido superadas, como la de Beatriz, mejor conocida como la Morty, leo un fragmento: “No comía, no dormía, puro alcohol, droga y cigarros. Duraba hasta 15 días sin comer. Tocó fondo. Fueron tres pasiones y en el último por poco no la libra. Ter-minó durmiendo en cartolandia, como le dicen a los montones de cartones entre los que se arropan los nadie de la ciudad de México. “Levantaba la comida del suelo, veía el arroz que tiraban de los ambulantes y para mi era riquísimo. Me enseñé entre los cartones a patear los refrescos para ver cuáles eran meadas y cuáles no. Hasta ahí llegué”. Beatriz es el ejemplo claro de lo peor que un ser humano puede llegar a pasar en una vida, Beatriz hoy es parte de este libro y representa a muchas, está recuperada, encontró el amor en el trabajo sexual, y se casó. También encontraremos historias de amor.

Historia de fortaleza y valor como la de Soledad que llegó al trabajo sexual para recuperar a su hija de 14 años que había sido víctima de la trata, Soledad hizo lo que las autoridades no pudieron hacer. Decidió que la única forma de encontrar a su hija era sumergirse en este trabajo como una trabajadora sexual y encontró a su hija.

Voy a terminar como empecé pero ahora parafraseando a Miroslava; “No soy sexo-servidora porque no sirvo a nadie. Prostituta tampoco porque esa es la persona que tiene que dar sexo para obtener un trabajo, una ropa, un ascenso u otra cosa. Me considero trabajadora sexual porque es un trabajo remunerado”.