¿Qué trae el ABC DE LA TRATA DE PERSONAS, que otros libros no incluyen?

¿Qué trae el ABC DE LA TRATA DE PERSONAS, que otros libros no incluyen?
Por Jaime Montejo de Brigada Callejera “Elisa Martínez”
México, D.F., Septiembre 19 de 2013.

Incluye la palabra de trabajadoras y trabajadores sexuales, así como de sobrevivientes de Trata, que ven en el comercio sexual, una opción válida y digna para ganarse la vida y que al mismo tiempo busca prevenir el enganche de muchas jovencitas y jovencitos hacia la industria sexual.

Habla del impacto que tienen la trata de personas y la explotación sexual, en el círculo vicioso de transmisión del Vih/Sida; así como en el uso del condón para fincar delitos tales como lenocinio, incitación a la prostitución o trata de personas, como ocurrió en el caso del Bar Cadillac, donde la fiscalía contra la trata de personas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), reconoció su uso faccioso, atentando contra el derecho a la salud de quienes laboraban en dicho establecimiento y de quienes asistían a él como clientes.

Denuncia la violencia simbólica hacia las trabajadoras sexuales por parte del ombudsman capitalino Luis González Placencia, al dejar de nombrarles como sujetas sociales capaces de tomar decisiones sin que medie ninguna salvadora.

Hace memoria sobre la historia de dos categorías sociales, como son la de “explotación sexual”, surgida en el movimiento clasemediero abolicionista de los años 70ss del siglo 20 y “trabajo sexual”, surgida de las entrañas de dicha institución social y enunciada como tal por una prostituta de entonces, a partir de ese día, trabajadora sexual.

Refiere el uso de la lucha policíaca contra la trata de personas, como un pretexto de la administración pública municipal, estatal y federal para impulsar razzias en centros históricos, zonas turísticas y otros lugares donde están comprometidas grandes inversiones inmobiliarias.
Sin embargo se dejan intactos los negocios que atienden a clientes de nivel socioeconómico Clase A y B, esto es, de los ricos y acomodados de este país.

Reitera la necesidad de que se reconozca al trabajo sexual como un oficio más para evitar la violencia policíaca y disminuir la trata de personas y la explotación sexual en los establecimientos mercantiles donde dicha legislación se respete.

Cuestiona la prohibición de anuncios sexuales, porque atentan contra el derecho a la autonomía sexual, a la expresión sexual, a la libre asociación sexual y a la toma de decisiones sexuales; sin desconocer que dicha práctica empresarial ha representado grandes dividendos para medios informativos impresos.

Explica cómo al criminalizarse al cliente de servicios sexuales en general, excepto a quienes pagan sexo comercial infantil y adolescente o prostitución adulta forzada, se convierte a las trabajadoras sexuales en cómplices del delito; reafirmando el viejo estigma delictivo, que pesa sobre quienes ejercen dicho oficio.

Debate el planteamiento según el cual “se vende el cuerpo de las mujeres”, cuando un cliente paga por tener un coito con ellas; situación diferente a la compra venta de esclavas sexuales entre tratantes, intermediarios y proxenetas.

Muestra los pro y los contras de grandes planteamientos que hoy salen a relucir en la respuesta global contra la trata de personas la explotación sexual comercial infantil, adolescente y adulta; tomando una postura a favor de los derechos de las trabajadoras sexuales y no necesariamente de los empresarios del sexo y sus socios de la administración pública nacional.

Realiza un aporte al estudio de la economía política de la industria sexual mexicana desde la Red Mexicana de Trabajo Sexual, al señalar que se evaden pagos al Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS y al Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores, INFONAVIT, por un valor de 8,663 millones de pesos al año. Que por lo menos hay más de 280 mil personas menores de 18 años en situación de Trata y explotación sexual que generan ganancias por 262 mil millones de pesos al año, lo cual representa el 2% del producto interno bruto (PIB). Que entre el 22 y 33% de trabajadoras sexuales adultas están probablemente en contra de su voluntad o son presionadas y no la mayoría de ellas como lo dicen algunas analistas del tema.

Aclara que la homofobia y la transfobia, son causas de la trata de personas que no se han estudiado, dejando a un lado prejuicios y actitudes que favorecen los estigmas sociales contra la diversidad sexual. Así mismo, introduce al lector o lectora en el tema, a partir de los testimonios de población gay, bisexual, transgénero, travesti y transexual.

Acusa ante los lectores y lectoras, que las disposiciones de los Códigos Civiles que quitan la patria potestad de sus hijos e hijas a trabajadoras sexuales por ganarse la vida de esa forma; es una causal estructural de la trata de personas y la explotación sexual.

Relata cómo la falta de actas de nacimiento entre hijos e hijas de trabajadoras sexuales, es causa de trata de personas y explotación sexual, entre dichos menores de 18 años y sus progenitoras.

Apunta que la militarización reproduce la trata de personas y que en Chiapas se ha utilizado la prostitución como un arma de control militar en zonas de influencia del EZLN.

Desmitifica los planteamientos de la CDHDF, según la cual la trata de personas en reclusorios de la ciudad de México, se lleva a cabo con el consentimiento de las mujeres involucradas y pone un ejemplo concreto del carácter forzado del comercio sexual y trata de personas en dichos establecimientos carcelarios.

Incluye un análisis de la violencia hacia las trabajadoras sexuales, desde la categoría sexo – género, planteando que es necesario legalizar esta actividad, pero no suficiente para terminar con el uso intencional de la fuerza, el poder físico, de hecho o como amenaza, hacia este sector de la clase trabajadora.

Analiza algunos aportes, límites, retrocesos y retos que plantea la ley general en materia de trata de personas, aprobada el año pasado sin escuchar las demandas y propuestas de las trabajadoras sexuales y organizaciones que defienden sus derechos.

Comprende un apartado sobre los derechos humanos de las víctimas del delito y abuso del poder; ya que por lo general en los operativos policíacos contra la trata de personas, se violan por igual los derechos de víctimas de trata y trabajadoras sexuales independientes.

Concluye que la demanda de servicios sexuales, no es la causante principal de la trata de personas en su modalidad sexual; sino que son las condiciones de vida de nuestra sociedad las que la determinan. Una de esas condiciones sociales, es la existencia de una publicidad sexista que prostituye la imagen de las mujeres para vender todo tipo de mercancías, promoviendo al mismo tiempo la generación de una demanda exponencial de sexo comercial. Otra condición, son las políticas públicas que generan miseria al por mayor en el pueblo mexicano, feminizando la pobreza y autorizando la difusión de mensajes comerciales que fomentan el comercio sexual en todos los estratos sociales.

Finalmente, el libro contiene una muestra del trabajo periodístico de una trabajadora sexual transgénero, 2 poemas de igual número de trabajadoras sexuales, una de ellas sobreviviente de trata de personas y ambas de abuso policíaco, así como una columna informativa de una de las integrantes del patronato de Brigada Callejera, extractos de un reportaje de una periodista que escribe en un periódico para latinos en los Estados Unidos y un aporte de Noti-Calle.

El libro “ABC de la trata de personas”, está presentado en un formato de bolsillo tamaño media carta, y de sólo 124 páginas. Su lenguaje es ameno y sencillo y es un extracto de un libro de texto para trabajadoras sexuales más detallado y completo que se titula “Reflexiones básicas sobre trata de personas para la movilización comunitaria de las trabajadoras sexuales contra todo tipo de explotación”.