TRATA DE PERSONAS, NEGOCIO CRUEL

TRATA DE PERSONAS, NEGOCIO CRUEL

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08/09/2015

Alejandra Guillén.- Rosa tenía 22 años cuando un hombre se la llevó por la fuerza de Guadalajara a Ciudad Nezahualcóyotl, donde la encerró y mantuvo sin alimentos durante 15 días. El hombre la amenazaba y le decía que tenía que pagarle lo que había invertido en ella, “porque me había comprado ropa y calzado que yo no le pedí”; su pareja fue quien la puso a prostituirse en una esquina.

Esta jalisciense pudo escapar de su tratante tiempo después y participó en un conversatorio con la organización Brigada Callejera, en el que otras mujeres de Guerrero, Oaxaca, Estado de México, Hidalgo, el Distrito Federal y Veracruz, relataron su historia como sobrevivientes de trata con fines sexuales para el informe sobre la situación de este delito en el país, que se presenta en el libro “Hacia una mayor rendición de cuentas”.

Los nombres son ficticios y los relatos fueron fragmentados debido a que estas personas aún corren riesgo y temen ser identificadas.

A Laura la engancharon cuando tenía 14 años. Conoció a “Juan” a través de Facebook. Cuando se conocieron en persona, él se la llevó y no la dejaba salir ni hablar con nadie.

El hombre la obligó a presenciar cómo asesinaba con un taladro a otra persona que tenían maniatada en una bodega. Pero antes de eso, ella se había enamorado de él y quedó embarazada; él la amenazó de que si llegaba a abortar, la haría pedacitos. Así la mantuvo prostituyéndose hasta que ella pudo escapar.

En Michoacán, una niña de 12 años era obligada a pararse a las 5 del a mañana, pintarse y hacerse higiene vaginal para después estar con adultos que la hacían beber desde las 7 de la mañana. “Yo vi cuando mataron a varias compañeras y las enterraron en la milpa. Llegaban muchas niñas y luego se las llevaban y no volvíamos a saber de ellas”, relata ahora que ha logrado zafarse de sus tratantes.

Entre los testimonios también hay mujeres de origen centroamericano y mujeres transgénero. Durante el tiempo que fueron obligadas a prostituirse, ellas no se reconocían como víctimas de trata porque la publicidad para advertir sobre este delito muestra a mujeres encadenadas o encarceladas.

En el informe que hace Brigada Callejera sobre esta situación, Guadalajara tiene un papel importante en esta red de trata.

“Los hechos vinculados con la trata con fines sexuales son turbios y clandestinos, sin embargo hay aspectos que sí son claros. Desde hace tiempo se ha venido dando en México el traslado, con engaño, amenaza y violencia de mujeres para la venta de sexo, pero el ingreso de los cárteles del narco al negocio del comercio sexual ha dado un giro nefasto a tal práctica. Por eso hoy la situación es mucho más grave que antes, cuando solamente las redes de tratantes estaban a cargo del mercado negro del sexo. La participación del narco en el comercio sexual ha producido una nueva combinación de secuestros, extorsiones y “ajusticiamientos”.

Las mujeres que en este informe hablan pudieron escaparse de distintas maneras”, señala el informe.

“Yo me desafané cuando él me puso a trabajar. Una compañera me dijo que lo denunciara y así fue. Él se fue porque mis compañeras de la esquina me apoyaron”. “Gracias a una denuncia por violación y golpes nos libramos (dos hermanas) del padrote”.

“Mi papá ya nos había vendido. La policía norteamericana los agarró a todos. Éramos como 27 jóvenes. Yo tenía 16 años. Ellos estaban juntos porque iban a intercambiar mujeres y a vender otras. Un vecino fue el que hizo la denuncia”.

“Un cliente me sacó de esto (…) Con los policías no, porque me obligaban a tener relaciones para no llevarme a la cárcel y me cobraban 200 pesos y aún así me llevaban. A mi me violó uno de la migra cuando llegué a México y era virgen”.

En la mayoría de los relatos hay complicidad de autoridades con los tratantes y en muchos casos los dejaron libres. En otros casos, las mujeres denuncian que luego de los operativos las obligaron a declarar forzadamente porque si no las encarcelaban; hubo procesos inconclusos y víctimas presionadas para desistirse. El informe da cuenta de que tampoco hay estrategias de reparación del daño y algunas víctimas de trata tienen que regresar al trabajo sexual porque no tienen otras alternativas de trabajo.

Se plantea que normalmente no hay condiciones propicias para que las mujeres retornen a su lugar de origen por la estigmatización que trae consigo haber sido víctima de trata sexual: “Muchas no tienen asistencia ni información de instituciones públicas. En algunos casos sólo contaron con la ayuda de otras trabajadoras o clientes. Las pocas que cuentan con un trabajo alternativo siguen en el trabajo sexual porque sus ingresos no son suficientes”.

Una de ellas específica que tuvo que seguir trabajando en lo mismo, porque sólo encontraba trabajos donde le pagaban 300 o 400 pesos a la semana, lo cual no le alcanzaba para mantener a su mamá y a sus tres hijos.

Trabajo sexual vs trata

Brigada Callejera plantea que ha circulado el discurso de que el comercio sexual es el paso previo a la trata y que toda actividad sexual mediada por dinero deriva en trata y violencia hacia las mujeres, lo que a consideración de esta organización no es verdad, pues el comercio sexual es un trabajo reconocido legalmente y la trata es un grave atentado contra la libertad y es un delito.

Lo anterior es importante porque con ese discurso se han encubierto supuestos operativos anti trata en los que detienen a bailarinas y trabajadoras sexuales. Si no se declaran víctimas, se les considera víctimas de trata y esto en los hechos implica despojarlas de su fuente de trabajo. Asimismo, en la frontera, los operativos son en realidad una política anti migrantes.

“Es un hecho comprobado que las y los trabajadores sexuales son los mejores aliados contra la trata. Por eso es necesario darles certeza jurídica y derechos laborales”, señala Brigada Callejera. Incluso, en el mismo informe muestran que donde se legalizó la prostitución (Australia, Alemania, Holanda y Nueva Zelanda), disminuyó la trata.

Brigada Callejera resalta por último que hay indolencia de servidores públicos y sociedad ante el traslado de personas tratadas a zonas de comercio sexual; además, señala que a las víctimas de trata se les amenaza con quitarles a sus hijos para controlarlas, que es común que se les contagie con VIH porque se ha dejado de usar condón al ser considerados como prueba suficiente para encarcelar a alguien por lenocinio, trata y delincuencia organizada. Hay también ocultamiento de cuestiones graves como el asesinato de trabajadoras sexuales y víctimas de trata y se dificulta que se reconozca la opresión hacia personas en trata. Tal vez, expone la organización, lo que se tiene que hacer es mejorar las condiciones de trabajo sexual entre personas adultas.