Takones altos…
La desnudez de Corregidora
Manuela
10/10/2016
Agencia de Noticias Independiente Noti-Calle.
La Calle Corregidora tenía un extraño misterio, el cual se está extinguiendo poco a poco gracias a la remodelación del centro histórico. Ésta calle en su sección dentro de los límites de la delegación Venustiano Carranza contaba con una enorme masa de vendedores que a diario sacan la mercancía por la mañana y por la tarde guardan lo que no se vendió para comenzar al siguiente día.
Esto ha cambiado un poco. Los comerciantes ahora exhiben sus productos en las calles perpendiculares mientras es el horario laboral y regresan cuando las maquinas permanecen en silencio dejando la estafeta a los pajarillos disonantes tratando de generar un poco de ganancias para la papa.
A la vista todo cambia. Hoy es un lugar nuevo, aunque las cosas y las casas hayan estado ahí antes de mis recorridos cotidianos por esta calle y zona.
Lo primero que me impacto fue el ecocidio que se llevó a cabo bajo el pretexto de “mejorar la imagen” de la calle. Me quede contemplando esa calle desnuda en la esquina de Circunvalación y Corregidora. El sol entraba en mis ojos a través de esa calle ya vacía de “informales” y de árboles. Esos rayos intensos también se mostraban indignados pues no encontraban ya donde iban a trabajar en conjunto para transformar el dióxido de carbono en oxígeno.
Ambos nos hicimos la misma pregunta al unísono: “Ahora, ¿quién hará la misteriosa fotosíntesis? Ya no había quien diera respuesta. Los árboles se encontraban ya mutilados, destrozados y concentrados en montones para que los recogieran y llevarlos para que los convirtieran en abono. Abono, claro está, para mejorar la imagen…de algún lugar de alcurnia.
Descubrí también fachadas de los edificios y de entradas a vecindades que solo conocía de paso. Fachadas que cuentan con algún grado de deterioro. Íntimamente me surgió una duda, ¿cuánto de los que está en su camino de “mejorar la imagen” van a quitar?
Pues este sentimiento de desnudez no solo lo sentí yo. Por un lado los comerciantes se organizaban para instalarse en las calles perpendiculares a Corregidora (Limón, Santa Escuela, Rosario, San Ciprian), suspirando e imaginando como iban a jalar a la gente para la venta.
Por otro lado también nos dejaron sin sombra a las trabajadoras sexuales que laboramos sobre esta calle. Sin esa sombra van a contribuir a que seamos vulnerables a cáncer de piel, pero sobre todo nos deja al alcancé del cáncer del señalamiento discriminatorio de las miradas morbosas de la gente que con sus moralidades religiosas o políticas que creen que nos pueden rescatar, que no nos pueden entender o que somos simples objetos inmorales.
Sí, el sol quemaba más fuerte sobre nuestra piel, de repente los escotes y las faldas parecían insuficientes para detenerlos. Pero también rechinaban las tripas y sólo nos acomodábamos esas blusas y esas faldas. Ante una mirada fija, sonreíamos y santo remedio.
Me pregunto si a nosotras también nos quieren tratar como a los árboles, que sin consultarlos los removieron. La desconfianza va en todos los sentidos. Porque también nos mutilan. Porque también nos quieren mover sin previo aviso. También creen que no tenemos voz. Me pregunto y nos preguntamos: ¿También afeamos “su ciudad”? ¿También nos quieren quitar a nosotras? Para que nos vayamos, ¿También han de mutilar a algunas de nosotras? ¿Nos van a respetar como persona? ¿Respetaran nuestra fuente de trabajo? ¿Nuestros lugares de trabajo? ¿Nos detendrán injustamente para infundir miedo, para que digan que nos fuimos solas?
Son muchas las preguntas que intercambiamos ese día y todas siguen en el aire. No sé si esto tenga respuestas. La incertidumbre nos inunda.
En fin… ¿Vamos?
PD.
El Trabajo sexual no es trata de personas.
El Condón no es una prueba jurídica de trata de personas, es un utensilio de salud.
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