DIARIO EJECUTIVO Trabajadoras sexuales acosadas en su día
Roberto Fuentes Vivar Al Momento,
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Este martes se celebró el Día Internacional de la Trabajadora Sexual, en recuerdo de que el 2 de junio de 1975, más de 100 prostitutas ocuparon la Iglesia de Saint-Nizier de Lyon, Francia, para protestar por el acoso de que eran víctimas.
En el Distrito Federal, las trabajadoras sexuales no tuvieron nada que festejar, pues son acosadas por el gobierno de Miguel Ángel Mancera, quien, bajo dos de sus programas no oficiales pero sí reales (la supuesta trata y la limpieza social) se ha dedicado a intentar abolir uno de los oficios más antiguos del mundo sin afectar la prostitución masculina.
Por sus propias características, el trabajo sexual en México es poco estudiado, a pesar de que –según estimaciones propias- significa una derrama de alrededor de 10 mil millones de pesos anuales, ya que en este siglo XXI todavía prevalecen doble moral e hipocresía por parte de las autoridades y de algunos sectores sociales. Sin embargo a continuación menciono algunos datos con sus referencias:
Marta Lamas en su análisis ¿Prostitución, trata o trabajo? en la revista Nexos, septiembre de 2014, indica que en los últimos 30 años muchas trabajadoras (sexuales) han reivindicado su quehacer como una cuestión laboral, y buscan obtener derechos correspondientes. Sin embargo, en la última década se ha multiplicado una perspectiva que califica a todas las mujeres que trabajan en el comercio sexual de “víctimas”.
“Hoy en día es patente el crecimiento y la expansión del comercio sexual, lo que expresa no sólo un fenómeno económico sino también una transformación cultural. Este notorio aumento viene de la mano de la liberalización de las costumbres sexuales y de la desregulación neoliberal de los mercados, que han permitido la expansión de las industrias sexuales como nunca antes, con una proliferación de nuevos productos y servicios sexuales: shows de sexo en vivo, masajes eróticos, table dance y strippers, servicios de acompañamiento (escorts), sexo telefónico y turismo sexual”, dice la investigadora.
Coincido con Marta Lamas en lo siguiente: “hay que combatir la trata, pero respetar a las personas que se dedican al comercio sexual, y apoyar a las que quieren tener otra ocupación”. La especialista señala también que “hay una estrategia discursiva que tiene como fin último abolir toda forma de comercio sexual. Un elemento de dicha estrategia es el de calificar a las personas que defienden los derechos de las trabajadoras sexuales como “pro prostitución” y decir que con tal postura se favorece la trata”.
Por su parte, Jaime Montejo, de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” A.C., indica que si tomamos como referencia los resultados del Censo de Población y Vivienda de 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población total de trabajadoras sexuales -independientemente de su condición laboral de libertad, esclavitud sexual o servidumbre, infantil o adulta- sería de entre 143 mil 703 y 862 mil 219 mujeres, que representan 1.5 por ciento de la población total.
“En Brigada Callejera pensamos que la cifra más cercana a la realidad mexicana es la de 862 mil 219 trabajadoras sexuales”, dice y añade que una de cada tres migrantes atendidas por esa organización en materia de salud sexual fue objeto de trata de personas con fines sexuales.
Explica que hay un negocio redondo, pues de mil 500 trabajadoras sexuales, de las cuales 500 son transgénero, transexuales y travestis, generaron tan sólo los fines de semana de cada mes de 2010, ocho millones de pesos a los hoteles de la calzada de Tlalpan.
Añade que la zona de la Merced Mixcalco, antes de los operativos policíacos de 2007, generaba en corrupción 150 mil pesos por cada uno de los 30 lugares donde las trabajadoras sexuales se ocupaban con sus clientes (hoteles, cuartos, cortinas, etcétera), esto es, cuatro millones y medio en cuotas de corrupción al mes, que se pagaban a las delegaciones políticas Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.
Jaime Montejo añade que en la delegación Cuauhtémoc las autoridades denunciaron de ocho mil giros negros, lo que significa unas 80 mil trabajadoras sexuales tan sólo en esa circunscripción, calculando 10 por cada giro negro. Por extorsión cada uno de estos negocios pagaba, hace unos años, 100 mil pesos mensuales de extorsión, lo que arroja un promedio de 800 millones de pesos al mes.
Dinero para ensuciar bolsillos
Otro dato interesante es que Patricia Ponce, en su libro “Las Guerreras de la Noche”, señala que las trabajadoras sexuales generan entre 11 y 22 millones de pesos mensuales entre multas y cuotas de servicios de control sanitario. Uno más: la zona de tolerancia Plaza 21 de Cancún, Quintana Roo, generaba 30 millones de pesos mensuales entre permisos, extorsiones, impuestos y derechos legales.
De acuerdo con información de Brigadas Callejeras, en México, los empresarios del sexo evaden el pago de 837.27 pesos al mes por cuotas patronales al IMSS e Infonavit por cada trabajadora sexual que labora en sus establecimientos, calculando sobre un salario base de 100 pesos diarios. Esto representa, aproximadamente, entre 120 millones y 722 millones de pesos en evasión de cuotas patronales mensualmente.
Según investigadores, la tercera parte de las trabajadoras sexuales tiene más de 45 años (con poco trabajo), otra tercera parte está conformada por trabajadoras sexuales de 18 a 44 años, cuya productividad se encuentra en hasta nueve clientes en una semana (entre 8.6 y 8.1, según el Instituto Nacional de Salud Pública en el año 2003).
El ingreso de las trabajadoras sexuales adultas está calculado en poco más de 4 mil 707 millones de pesos al año y 28 mil 246 millones de pesos al mes, de lo cual deben pagar a terceras personas. Por otro lado, los hoteleros y otros prestadores de servicios de cuarto, obtuvieron ingresos anuales de entre 2 mil 824 millones pesos y 16 mil 947 millones de pesos.
Otra investigación realizada por Betania Allen, Aurelio Cruz-Valdez, Leonor Rivera-Rivera, Roberto Castro, María Ernestina Arana-García, y Mauricio Hernández-Ávila, llamada “Afecto, besos y condones: el ABC de las prácticas sexuales de las trabajadoras sexuales de la Ciudad de México”, apoyada por la Fundación Rockefeller, la Fundación Americana para la Investigación sobre el SIDA y la Red de SIDA y Salud Reproductiva (ARHN) y dada a conocer por Instituto Nacional de Salud Pública, arroja algunas cuestiones interesantes:
“Con clientes las trabajadoras sexuales aceptan la penetración vaginal y (menos) la oral, mientras rechazan la penetración anal y los besos. Con parejas personales todas las prácticas sexuales son aceptadas. En su vida profesional las trabajadoras sexuales usan la disociación psico-corporal como una estrategia de defensa psicológica y para construir su identidad. Los servicios solicitados son 98.4 por ciento vaginal, 39.1 por ciento oral, 7.7 por ciento anal y se reportó uso del condón con 94 por ciento de los casos. Pero eso sí, hace un año, el gobierno de Miguel Ángel Mancera entregó el año pasado 50 credenciales a trabajadoras sexuales del barrio de La Merced y Tlalpan, mientras que ha cerrado más de 30 establecimientos en la ciudad y ha propiciado el comercio sexual en las calles sobre todo de trabajadores (hombres) sexuales.
Incluso, con el cierre de lugares de comercio sexual (ojo, no siempre significan prostitución), ha provocado una mayor corrupción. Como dice el filósofo del metro: el ocultamiento engorda los bolsillos ocultos.
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