Conversatorio “anarquismo y trabajo sexual”
Por Jaime Montejo de la Agencia de Noticias Independiente Noti-Calle, Ciudad de México, 25 de julio de 2018.-
Conversatorio entre Ricard de Vargas militante libertario catalán y trabajadoras sexuales de la Merced de la Brigada Callejera
El 25 de julio, a las 3:30 de la tarde se llevó a cabo un conversatorio entre Ricard de Vargas, militante libertario catalán y decenas de trabajadoras sexuales de la Brigada Callejera de la Mujer “Elisa Martínez” A.C. en el centro comunitario de la Merced.
Vengo a hablar de una experiencia de mujeres anarquista en los años treintas del siglo veinte donde se luchó por la liberación social, así como contra una sociedad machista y patriarcal.
Durante la guerra civil, en Catalunya, España, la mujer era muy oprimida. Muchas mujeres trabajadoras eran explotadas en el trabajo y en su casa eran víctimas de la sociedad patriarcal, eran esclavas del marido.
Las mujeres aprovechan un hecho insólito, la rebelión de 1936, donde hombres y mujeres armados derrotaron al ejército en las calles. El Estado y el gobierno se fueron a pique. Los cuerpos policiales, no existían.
Empezó una revolución social, los trabajadores tomaron fábricas y campos; sin patrones, sin Estado, a través del apoyo mutuo. Así surge, Mujeres Libres, del campo anarquista. Ellas querían que una revolución social, debía luchar en todos los niveles por la liberación de la mujer que estaba sumisa a muchos hombres.
Mujeres Libres, actuaron en la guerra en la parte republicana, no tomada por fascistas. Se llamaban a sí mismas “femeninas”, ya que el feminismo era burgués, sufragista que no querían modificaciones en la sociedad.
Consideraban que había que cambiar hombres y sociedad, hacer una verdadera revolución por el género. Aparte de educación, crearon revistas y alfabetizar a las mujeres. La mujer estaba sometida al hombre. Ellas hablaron del amor libre, rompieron con la pareja patriarcal, buscaban una relación igualitaria, hablaron de la poligamia. Eran más de 20 mil mujeres, revolucionarias auténticas que iban por la revolución total.
No tiene por qué haber una jerarquía, ya que la sociedad que se estaba construyendo era anti-autoritaria y anti-patriarcal.
Mujeres Libres crearon liberatorios de liberación sexual de la prostitución, donde las que no querían trabajar en el sexo, podían optar por otra actividad y a las que querían seguir trabajando en el sexo, se les dotó de legalidad, ayuda médica, guarderías para que pudieran contar con un trabajo (sexual) digno.
A los hombres anarquistas se les dijo: Cuidado con las trabajadoras sexuales que siguen ejerciendo, trátalas con respeto y dignidad. “Vuestro desprecio hacia ellas tiene que cambiar; Ellas son dignas como vosotros, trabajadores”.
Se formaron columnas de milicianos para liberar territorio aragonés, muchas milicianas eran trabajadoras sexuales y fueron a la lucha con otros milicianos. El final fue trágico.
En los años 40ss y 50ss, se perdió todo lo que habían conquistado las trabajadoras sexuales.
Mérida comenta lo siguiente:
Me dejaste muy impactada con lo que dijiste. Es una historia revolucionaria, tu fuiste testigo, lo viviste, eres un sobreviviente. Me gustó mucho esa historia. No creo en leyes porque no se respetan. No creo en partidos, somos apartidistas. Aquí nos decimos trabajadoras sexuales.
Nosotras también hemos sido revolucionarias. No vencimos al ejército. Me hubiera gustado estar allí. Los reglamentos de los gobiernos, nos chingan. No creo en las feministas que nos atacan, nos denigran, nos persiguen y dicen “qué asco con las prostitutas”.
Antes, La Merced, en la zona hotelera más grande, había más de 100 hoteles, no necesitábamos caminar para entrar a uno de ellos con nuestros clientes. Con el tiempo los quitan y los hacen tiendas comerciales.
Esas mujeres ganan sus derechos como trabajadoras sexuales. A nosotras como trabajadoras sexuales no asalariadas, que ganamos con un amparo, se nos prometió vivienda y no han cumplido, atención médica, tampoco.
Siempre estamos en defensa de la calle. Están muy encabronados porque no nos dejamos. Con el amparo podemos trabajar libremente. La trata de personas, es el pan de ellos, para encarcelarnos, asesinarnos, porque no quieren trabajar para el padrote. Si no les gusta que critiquemos aun hotelero, ya te matan o te buscan para afectarnos.
Me emociona que testifiques lo que viviste. No todas somos explotadas. Muchas trabajamos por necesidad. Muchas amas de casa cubren sus gastos en una esquina. La pobreza nos está carcomiendo. El gobierno dice que va a limpiar la calle de nosotras.
Ricard de Vargas, comenta que guerrilleros anarquistas iban a burdeles de lujo donde iban como clientes empresarios, políticos, diplomáticos y curas, donde en una ocasión encontraron a un empresario que iba para tener sexo con una de sus sobrinas que estaba allí a la fuerza.
Posteriormente, se produjo una gran discusión sobre la prohibición o el reconocimiento del trabajo sexual.
Rosa Icela, fundadora de Brigada Callejera, pide que hable de su experiencia en su movimiento, con respecto a la lealtad, que no es digno que sean utilizadas, que les saquen información o las coopten como espías.
Ricard de Vargas indicó que el compromiso es implícito. Jurar o no lealtad, no modifica la conducta de una persona. “Hay que actuar con mucha cautela y seguridad. Una cosa son los infiltrados que hacen ver que son de los tuyos. No tuvimos infiltrados. Hay que vigilar la infiltración. Los infiltrados son la 5ª columna, están dentro de tu organización, se introducen y dicen estar al servicio de las trabajadoras sexuales, pero están al servicio del gobierno. Crean división. Esto se ve con los actos por su palabra.
El maestro Ricardo, pregunta cuál es la postura en el movimiento anarquista, la postura por la dignificación de las trabajadoras sexuales.
Ricard de Vargas, indica que dentro del mismo anarquismo, las trabajadoras sexuales hacen una labor de concientización.
Rosa Icela comenta a las presentes. “Hay que transformar en dignidad y rebeldía, las pisadas que hemos recibido a través de los años. Aquí están las que está haciendo historia. Si aquí las cosas se ponen cabronas, hay que pensar cómo sobrellevar esos madrazos.”
Mérida concluye: “Eres mi héroe, me siento muy orgullosa de ti”.
Entre carcajadas y comentarios, la plática continúa.
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