Putas, activistas y periodistas: crónicas de sexoservidoras mexicanas

Foto de OTRAS.

Putas, activistas y periodistas: crónicas de sexoservidoras mexicanas

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Concepción Pacheco noviembre 8, 2018

Con información de Vice, Cuarto Poder y Milenio

Putas, activistas y periodistas, libro editado por Gloria Muñoz Ramírez y Krizna (David Avendaño Mendoza), contiene dieciséis historias escritas por Sandra y otras cinco sexoservidoras mexicanas que cuentan las dificultades de su oficio, entre las que destacan abusos, agresiones, discriminación, contagios, violencia de género, pobreza y abandono familiar.

Sandra es una mujer transgénero que a los diecinueve comenzó a dedicarse a la prostitución y a los 32 empezó a usar la pluma para informar. A sus 39 años se define como ‘una puta periodista’.

Sandra cuenta que poco tiempo después de cumplir la mayoría de edad llegó a la Ciudad de México y desde entonces labora en la calzada de Tlalpan; sin embargo, confiesa que nunca imaginó que combinaría el trabajo sexual con escribir notas, realizar entrevistas y narrar las historias de sus compañeras a través de crónicas.

De acuerdo con Vice, en una presentación de Putas, activistas y periodistas realizada exclusivamente para trabajadoras sexuales, las colaboradoras confirmaron que el objetivo del título es provocar, llamar la atención y visibilizar los problemas del sector que, aunque está presente en la sociedad, parece invisible.

Gracias al esfuerzo de Brigada Callejera, una organización con 29 años de experiencia en la lucha contra la trata de personas, Putas, activistas y periodistas vio la luz; sin embargo, Sandra y sus compañeras no se asumen como expertas solo por escribir el compendio de historias, sino porque desde 2009 iniciaron un taller que, entre risas y albures, llamaron ‘Aquiles Baeza’.

La periodista Gloria Muñoz se encargó de dirigir el seminario y comenzó por darles cursos de redacción y ortografía. El objetivo estuvo claro desde el principio: ‘demostrar a la ciudadanía que las putas también pueden informar de manera responsable’.

En el taller, las integrantes aprendieron a reconocerse entre ellas, pero no se asumieron como prostitutas porque consideraban que ‘la prostitución es la acción de vender los principios y la ética por un valor monetario’. Tampoco se definieron como sexoservidoras porque relacionaban el término con ‘estar dispuestas a que un amo las tome al momento que se le antoje, las use y las tire’.

Después de varias pláticas decidieron llamarse trabajadoras sexuales debido a que ofrecen un servicio sexual y reciben una retribución económica por ello, pero lo hacen por voluntad propia, ya que no son explotadas.

Con el paso de los meses, y luego de mejorar sus habilidades periodísticas para investigar y redactar, comenzaron a colaborar con Noti-Calle, un portal enfocado a informar sobre trabajo sexual en México y campañas contra la trata de personas.

En la agencia de noticias se forjaron para publicar sus primeras notas de encuentros, foros, conferencias y manifestaciones relacionadas con su trabajo diario.

En las páginas de Putas, activistas y periodistas, Sandra cuenta que gracias al taller de periodismo encontró una manera de defenderse sin meterse en problemas:

Como periodista tengo un enfoque diferente. Puedo ir a una marcha para exigir nuestros derechos como trabajadoras sexuales, pero si hay una agresión por parte de las autoridades, ya sé cómo tomar una fotografía, hacer una nota o tomar un video para que salga a la luz y la gente vea cómo son las cosas”

Putas, activistas y periodistas tardó seis años en publicarse, pero en ese tiempo las integrantes del taller aprendieron a desempeñar la labor periodística, para presentar testimonios de mujeres, migrantes centroamericanas, personas transgénero, portadoras de VIH e indígenas que han sufrido abusos debido a su oficio.

De acuerdo con Cuarto Poder, Putas, activistas y periodistas es una lectura recomendable para quienes desean trabajar en la prevención de trata de personas, así como conocer las motivaciones estructurales e individuales que facilitan la vinculación de muchas personas al trabajo sexual.