Trabajadoras sexuales, vulnerables al Covid y a la violencia para llevar dinero a casa

Trabajadoras sexuales, vulnerables al Covid y a la violencia para llevar dinero a casa

la-lista.com

Lupe había dejado el trabajo sexual. Conoció a una persona, se casaron y se había retirado de las calles: se dedicaba a su familia, a su esposo y sus tres hijos. Pero la pandemia, el contagio de su pareja y la necesidad cubrir los gastos médicos y demás necesidades de su hogar la obligaron a regresar a la prostitución.

El caso positivo de Covid-19 de su esposo, sus propios padecimientos y la necesidad de llevar el sustento a la casa la obligaron a regresar a un ambiente que también ha sufrido cambios por la pandemia, que incrementan los riesgos a su seguridad y la vulnerabililidad de esta población ante el crimen y la violencia.

Lupe es parte de las más de 7,000 personas que se calcula que su sumaron a las filas del trabajo sexual en puntos tradicionales de esta actividad, como Calzada de Tlalpan, avenida Revolución y la zona centro de la capital país.

De acuerdo con datos de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, A.C., el trabajo sexual en la CDMX aumentó hasta 100% ante la falta de trabajo derivada por la pandemia y el cierre de diversos giros comerciales, contabilizando 15,200 trabajadoras sexuales independientes, tanto trans como cisgénero, en dichos puntos de la ciudad, cuando hace un año el registro era de 7,700,

“De este aumento, 40% son mujeres que habían dejado el trabajo sexual, pero han tenido que regresar a las calles; otro 40% son mujeres que iniciaron a raíz de la crisis; y el 20% restante representa a las que no están en un punto específico, es decir, caminan en vía pública buscando clientes”, señala la organización civil.

Para Sandra Montiel, trabajadora sexual e integrante del colectivo Esquina Libre, este aumento es claramente un tema económico, ligado a la pobreza:

“Yo trabajo en una zona donde están mujeres que ya tienen entre 35 y 55 años, y en general todas nos hemos visto muy afectadas por la falta de clientela. Muchas de las compañeras se las están viendo complicadas porque pagan renta, son las que tienen que hacerse cargo de su casa y del cuidado de los hijo”.

Menos clientela, mayor peligro

El situación epidemiológica en CDMX y el Valle de México acentúa las dificultades económicas de distintos grupos vulnerables como migrantes, comunidad LGBTTQ+ y trabajadoras sexuales independientes, señala Raúl Velázquez, uno de los fundadores de Tejiendo Pueblos, un grupo cívico que ayuda a este sector mediante la entrega de despensas.

Señala que sin clientes, con mayores posibilidades de contagio, sin apoyos del gobierno, y los espacios cerrados para trabajar como los hoteles, entre otras problemáticas, es un grupo que continuamente olvidado, violentado y estigmatizado.

“Quedarse en Tlalpan después de las 11 se ha vuelto más peligroso porque no hay gente caminando en la calle. Las violaciones siguen sucediendo. Estar afuera y al haber menos vendedores ambulantes ahora son ellas el blanco de la delincuencia organizada y de las extorsiones de policías”, comenta al señalar que la violencia y la inseguridad son factores que agravan su situación más allá del riesgo de contagiarse de Covid-19.
El 70.7% de las trabajadoras sexuales no tienen pareja, pero el 78% tiene hijos, siendo
ellas el principal sostén de la familia.de 27 años aproximadamente. (Conasida, 2020)

Sandra relata que a raíz de la pandemia y de la falta de dinero en otros ramos, han aumentado los robos a las trabajadoras sexuales, pues han tenido que extender sus jornadas hasta las 3 de la mañana, lo que las expone aún más a la inseguridad.

“Apenas hace unos días un hombre violentó a una compañera y la fue a tirar a Xochimilco. La asaltó, la quiso estrangular… ha aumentado mucho la violencia en las calles”, menciona mientras hace énfasis en que muchos de casos como este no llegan ni siquiera a las estadísticas, ya que la burocracia y las fallas en el sistema de justicia ocasiona que muchas veces no puedan levantarse estas denuncias.

Según cifras de Brigada Callejera, se han abierto alrededor de 200 carpetas para dar seguimiento a casos de lesiones, amenazas, trata de personas y lenocinio que las trabajadoras sexuales independientes han sufrido por tema de la pandemia.

Lee: La percepción de inseguridad en México sube al 68.1% en diciembre

Aunado a esto, las extorsiones por parte del crimen organizado y las propias autoridades vulneran aún más a las trabajadoras sexuales. Cobros de 1,000 pesos semanales o extorsiones a los clientes son las prácticas que enfrentan para poder trabajar.

“Donde trabajo llegó una persona que se quiere apoderar de la zona y empezó a cobrar derecho de piso; mientras que los policías de la zona se dedican a extorsionar, cuando uno se sube con el cliente más adelante lo paran y amenazan al cliente y le piden dinero. Quedamos muy expuestas por ambos lados”, señala Sandra.

Ante esta situación, el llamado de las organizaciones civiles y las propias trabajadoras sexuales es para que las autoridades brinden mayor ayudar a estas personas que a pesar del temor al Covid-19 y la violencia,

https://la-lista.com/ciudad-de-mexico/2021/02/18/trabajadoras-sexuales-v...