Crónicas Urbanas / La Sazón del talón
Humberto Ríos Navarrete
Forma parte de la organización Brigada Callejera y estudió la carrera de abogada para defender a personas desamparadas, en especial a las víctimas de trata, de explotadores, extorsionadores y violadores, de los cuales más 30 han sido llevados a la cárcel por la presión ejercida. Ella, Arlen Palestina Pandal, no se deja intimidar, como sucedió la noche en que escuchó a un agente ministerial insultar a una víctima.
Es una mujer que pocas veces titubea, y si lo hace es para dilucidar una duda o para precisar algún dato; de caminar seguro, siempre echada para adelante; el pelo hacia atrás, atado a la nuca. Así, con ese talante, ha cruzado La Merced, después de trabajar hasta la madrugada en la oficina que tiene la organización de la que forma parte.
Hace dos años, en plena pandemia, Arlen fundó El comedor comunitario itinerante La Sazón del Talón, dedicado a repartir guisos. Entre los consumidores también hay migrantes centroamericanos; pero, sobre todo, sexoservidoras que no tienen en dónde recalar.
“Cada sábado salimos a entregar de 300 a 350 comidas calientes que se preparan entre las compañeras trabajadoras sexuales y yo, su servilleta” dice Arlen, a quien se le pregunta por qué surge el comedor.
“Nace para hacer ver al Estado mexicano que es urgente garantizar el derecho a la alimentación”, responde. “Llevamos 4 o 5 guisados, arroz, tortillas, bolillos, agua, refrescos”.
La Sazón del talón
También es común mirarla en oficinas dedicadas a defender los derechos humanos, así como litigar en reclusorios, agencias de ministerios públicos; y nada la arredra, pues sabe que tiene razón, sobre todo cuando se trata de una detención ilegal, como sucede en la mayoría de casos.
Se especializó en Derechos Sexuales y Reproductivos y en Defensa de Derechos Humanos con Perspectiva de género. Es creadora de los proyectos Miss Meche, Bailando por un Condón y La sazón del Talón, entre otros.
“Jamás imaginé estudiar la Carrera de Derecho”, dice Arlen. “Yo era profesora de Teatro que aprendí con el padre Chinchachoma, ya que era parte de la vieja guardia de los promotores callejeros”.
Él reportero la conocía y había platicado con ella, pero su activismo ha sido cada vez más continuo en las redes sociales, igual que su presencia en la calle, donde ha enfrentado a extorsionadores de trabajadoras sexuales.
La cita con Arlen es un café del Centro Histórico; anda apurada, pero eso no obsta para dedicar el tiempo suficiente y seguir la conversación desde la calle 16 de septiembre hasta la avenida Balderas, donde aborda un taxi porque desde hace horas debería estar en la colonia Roma.
***
—Tú eres abogada de Brigada Callejera.
—Es correcto, representante legal de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, Elisa Martínez, AC., desde la época en que yo salgo de la carrera; soy generación 2011-2015, de la hoy FES-Acatlán, que está en Naucalpan, Estado de México, me titulo de inmediato y obtengo cédula en ese año.
—¿Eres asesora en cuestiones legales?
—Jaime —uno de los fundadores de Brigada, fallecido durante la pandemia— me indica que es importante hacer presión política para que la organización siga teniendo incidencia y ganar apoyo para las trabajadoras sexuales, ya que acababan de ganar el amparo histórico 112/2013, donde dedicarse a la prostitución deja de ser una falta administrativa; y entonces ahora, como indica la jueza, es “trabajo sexual”.
La Sazón del talón
—Y te incorporas a Brigada.
—Sí, en el 2015, con el histórico caso; llego después, a dar una defensa, porque aunque el amparo esté ganado, no permite que se avance el derecho que genera la ley de Cultura Cívica, para que se reconozca, pero sobre todo se ganen estos derechos.
—Pero ya sea por ignorancia, por arbitrariedad u omisión ese amparo es violado por funcionarios— se le comenta.
—Totalmente correcto, no conocen que se ganó el amparo, ni siquiera conocen los protocolos internacionales de cómo tratar a una trabajadora sexual o cuál es la forma en cómo se le llama a la comunidad trans. Hay una violación total al debido proceso para las compañeras que llegan a denunciar a los clientes, como es el caso del violador de Tlalpan.
—¿Qué pasó ahí?
—El violador de Tlalpan es un hombre que las hostigaba, que llegaba con pistola en mano, pedía el servicio, las robaba y las violaba vía anal y vía vaginal. Muchas de ellas empiezan a rolar la fotografía de él en los grupos de Whatsapp, que es la forma en que se cuidan y se van avisando.
—Pero ya andaban tras él.
—Sí, ya tenían meses tras él, pero un poco con miedo para poderlo encontrar, hasta que una chica, mágicamente, una noche de marzo del año 2021, se sube a un Spark gris y se da cuenta que es el carro y les avisa a las chicas y le dicen “bájate, porque estás con el violador”.
—¿Y qué hacen?
—Las chicas llaman al 911, para que la patrulla se aproxime al lugar donde ella intenta quedarse con él para hacer el servicio en la calle y no generar el problema de bajarse al hotel y que él sospechara. La chica ya venía nerviosa y se hace la intercepción del tipo.
—Y lo detienen.
—Sí, se lo llevan detenido, pero ya en la alcaldía Benito Juárez hay un proceso en que él empieza a dar dos mil, cinco mil pesos para salir.
—En la agencia del Ministerio Público.
—Así es, pero las chicas empiezan a hacer mayor presión para que no lo dejaran salir, y es cuando nos llaman a nosotros para que se diera seguimiento en una fiscalía de delitos sexuales, porque si bien no hay un acto de flagrancia con las compañeras que fueron violadas, hay un acto de flagrancia con la compañera que se sube al carro, porque ya la había amenazado.
—Y entonces tú llegas.
—Sí, me marcan las compañeras que son promotoras de salud de Brigada Callejera; hoy en día tenemos mil 200 compañeras trabajadoras sexuales en la vía pública, que son promotoras de salud.
—¿Eso qué significa?
—Que llevan un trabajo avanzado de cómo defenderse, cómo manejar una atención de violencia, cómo frenar un abuso de autoridad, cómo atender una situación de urgencia de una chica, o ante una víctima de trata, incluso. Ellas son las que nos llaman y piden auxilio.
—Y llegas esa noche.
—Sí, yo estaba en la oficina de Brigada en La Merced, llego, ¿verdad?, y veo que el agente del Ministerio Público está regañando a la chica y le está diciendo: “¿Te violó o no te violó?”, “A mí dime rápido: te violó o no te violó”, “porque si no te violó, ¿por qué chingado estamos perdiendo el tiempo aquí?” Y, mientras pegaba en el escritorio, le dijo: “Ya, rápido, ya rápido”.
—Y tú observabas.
—Sí, y me empiezo a reír y le dije: “Buenas noches, licenciado, soy la abogada de la víctima y platíqueme qué hay que hacer”. Le dije “con permiso, acabo de ver la escena” y voy con la fiscal y me da un oficio para que se lo lleven a la Fiscalía Especializada, esto es en el búnker, y del traslado, cuando el chico va saliendo del MP, amenaza a las chicas…
La Sazón del talón
***
—Y llegan al búnker.
—Sí, pero con solo la mitad de las chicas, lo que quiere decir que una persona impacta, aunque esté detenida, y va a generar miedo ante las víctimas, pues piensan que al rato llega o manda a alguien. Entonces solo llegan a denunciar 7 trabajadoras sexuales.
—Pero queda detenido.
—Sí, y hasta hoy, 15 de diciembre de 2022, tenemos cinco carpetas y se han judicializado dos. Esto quiere decir que la fiscalía lleva un año tardándose en judicializar tres carpetas más.
—Pero ya está sentenciado.
La Sazón del talón
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—Tenemos una sentencia por la primera carpeta donde lo detienen, que es exactamente ese mismo día, marzo de 2021, y se queda por abuso sexual agravado, porque la roba, y se queda con 7 años y 7 meses y una semana, y estamos en espera de la siguiente determinación del juez, que se iba a dar la semana pasada.
—¿No tiene derecho a fianza?
—No, porque tiene otras carpetas que se vinculan con él por violación agravada. Y estamos en una segunda determinación del juez, que va a dar el 6 de enero, Día de Reyes, para que nos diga cuál es la sentencia.
—¿Y cuál es la característica del consignado?
—No terminó la secundaria y les decía a las chicas que trabajaba en el Ejército, después violaba y las golpeaba con una cacha en la cabeza. Una de las chicas tiene secuelas en la cara de la golpiza que le dio el tipo.
—¿Cómo es esa víctima?
—Es una compañera alta, de más de 1.70 de altura. Todas las víctimas se parecen físicamente, todas tienen hijos.
—¿Y el perfil sicológico del tipo?
—Las chicas comentan que no solo las grababa, sino que hacía un vínculo con ellas vía Whatsapp. Él quería ser como un salvador. Es una persona que no se ve violenta, sino amigable, y conforme pasan los minutos, pues va subiendo el nivel de intensidad para robarlas, amenazarlas, grabarlas, burlarse de ellas, y les dice que les va a regalar cosas, porque se portaron bien y no van hablar. Es una situación muy maniaca del tipo.
https://www.milenio.com/opinion/humberto-rios-navarrete/cronicas-urbanas...
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