Brigada de ayuda y atención para trabajadoras sexuales

Brigada de ayuda y atención para trabajadoras sexuales

Armando Yeferson

Las circunstancias y la necesidad las llevaron a desempeñarse en el trabajo sexual; años después, el destino las colocó en la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, en la cual encontraron un refugio y una familia, ahí reciben atención de salud y psicológica para reconsiderar sus vidas, e incluso, asumir de manera más responsable su maternidad.

Aquí, en este sitio ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, las personas que alguna vez ejercieron el trabajo sexual y fueron víctimas de los abusos y explotación de redes de corrupción, encuentran un espacio donde son atendidas para que conozcan sus derechos y tengan consultas médicas entre las cuales se les realizan pruebas para que sepan si no son portadoras del Virus de Inmunodeficiencia Huamana (VIH).

En la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, existen muchas madres de familia que ahora son voluntarias y llevan información a quienes realizan este oficio sobre cuáles son sus derechos y les regalan el condón “Encanto” que tiene tres tipos: femenino, masculino y para mujeres trans.

En 2022, este equipo de voluntarias de Elisa Martínez, atendió a 25 mil mujeres, es 10 mil en la frontera y en la Ciudad de México fueron atendidas 15 mil mujeres con consulta médica.

Para Luz Marianeira Vázquez, mejor conocida por Claudia Martínez, la prostitución fue su oficio durante 30 años; actualmente, se emplea como trabajadora de limpia y con ello lleva el sustento a su hogar y da de comer a sus hijos.

“Empecé a los 17 años, tengo 30 años en el oficio, y ahora me vine a trabajar a la Brigada Callejera porque ellos me apoyaron. Vengo a hacer la limpieza y de aquí saco para dar de comer a mis hijos, el Gobierno no nos da nada en la mano y el apoyo para la atención médica tampoco, no nos da”, dijo.

En entrevista con 24 HORAS, Claudia mencionó que el trabajo sexual fue el sostén de su familia, pues al ser la mayor de seis hermanos y con el fallecimiento de su padre, se vio en la necesidad de ayudar a su madre con los gastos del hogar.

Sin embargo, recordó que el dinero ganado no era suficiente para el sustento de su familia, dado debía entregar una cuenta al “padrote”, quien más tarde la llevo a trabajar al Estado de Guadalajara.

“Trabajé para él ocho años, y si no le llevaba la cuenta completa me revisaba todo y me daba unas golpizas hasta bañarme en sangre, y es que a mis 20 años tenía muchos clientes. Un día me harto y me regresé a México, tuve a mi primer hijo a los 22 y seguí trabajando de esto”, relató.

En tanto, Ramona Flores conocida como “Chabelita”, señaló que durante 34 años fue trabajadora sexual, y dijo que actualmente participa en las jornadas de salud, las cuales acuden a la zona de la Merced y Tlalpan, por mencionar algunos, ahí hacen pruebas de VIH gratuitas a la vez que regalan el condón “Encanto” a las mujeres que ejercen el trabajo sexual.

“Nosotras definimos al condón como nuestra herramienta de trabajo, porque lo más importante es nuestra salud, tengo 45 años y hasta ahorita ni una infección o enfermedad de transmisión sexual tengo, no tengo sífilis, chancro, crestas o gonorreas”, comentó.

https://issuu.com/24horas.puebla/docs/24h_pue_09_05_2023