Transfeminicidios, el pago por derecho de piso
Krizna Aven
*Es necesario evidenciar y hacer público como las están violentando.
*Somos discriminadas por nuestro color de piel, por ser indígenas, por ser pobres, por nuestra identidad de género.
La violencia hacia las mujeres se ha agudizado en el país en estos últimos años. Con respecto a la comunidad trans, sólo en enero cuatro de ellas fueron asesinadas, sin embargo, hasta el día de hoy se contabilizan catorce a nivel nacional. Estas agresiones han sido por odio y últimamente por negarse a pagar derecho de piso sin que hasta ahora el Estado implemente mecanismos eficaces para frenar esto.
Arlen Palestina Pandal, representante legal de la asociación Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” desde 2015, denunció que “en este año ya van tres transfeminicidios en la Ciudad de México. Algunos de los motivos son la falta del reconocimiento de género por parte de la sociedad y del gobierno federal, muchas son trabajadoras sexuales y a pesar de ser consideradas legalmente como trabajadoras no asalariadas, no son respetadas. El que la Secretaría del Trabajo les niegue la expedición de las licencias de trabajadores no asalariados para trabajar en las calles las deja en la clandestinidad, ni siquiera pueden para una patrulla y solicitar apoyo porque no cuentan con el permiso de trabajar en las calles”.
“Hace falta una postura política clara y una iniciativa de ley que regule el trabajo sexual para que genere el respeto por las autoridades y la sociedad, sin embargo, no queremos leyes como la que propuso el año pasado la diputada trans María Clemente García Moreno del partido MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional). Ella pretendió criminalizar el trabajo sexual al considerarlo un riesgo de contagio a través de su iniciativa de ley. Afortunadamente logramos parar esta propuesta legislativa gracias a la presión política y a las acciones directas de las compañeras de la zona de la Merced y de otras zonas de trabajo en la Ciudad de México”.
“Logramos liberar la calle de la Soledad entre las calles de Corregidora y Avenida Circunvalación en la zona de la Merced del ambulantaje para que las compañeras puedan ejercer su oficio con confianza y privacidad al negociar con sus clientes”.
Arlen señala: “Las omisiones del estado, el machismo patriarcal de este estado neoliberal genera una visión jurídica radical, es punitivita, castiga por castigar. Las autoridades se han negado a considerar los asesinatos de odio como transfeminicidios aunque las características de los feminicidios son iguales: los agresores las conocen (clientes y parejas) son cercanos a ellas, existe crueldad antes de matarlas y terminan exhibiéndolas al abandonar los cuerpos en vía pública”.
“Desafortunadamente, también está pasando en Latinoamérica. En Colombia, el narco después de matarlas, abandonan los cadáveres en las calles. En el Salvador, Honduras y Guatemala, la Mara Salvatrucha mata a las trabajadoras sexuales por no pagar derecho de piso. Es necesario evidenciar y hacer público como las están violentando. El movimiento feminista lo hace constantemente aunque hay muchos hombres que no le gusta que una mujer se defienda y les diga como impartir la justicia”.
“Los feminicidios y los transfeminicidios tienen los mismos rasgos de crueldad, el mismo nivel de violencia, es importante que todas las autoridades pongan en práctica todos los protocolos, los tratados y convenios internacionales firmados por el gobierno mexicano para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres para que las victimas tengan acceso inmediato a la justicia”.
Brigada Callejera, organización que se dedica a defender los derechos humanos y legales de las personas que se dedican a ejercer el trabajo sexual se ha hecho cargo de los gastos funerarios y del seguimiento legal. “Cuando nos solicitan ayuda para enterrar a sus compañeras que fueron violentadas lo hacemos y le damos seguimiento a cada caso, sostiene Palestina.
“El Ingeniero David Vélez es dueño de la funeraria Paris, ha sido solidario con nosotras, nos ha brindado el velatorio sin cobrarnos nada de dinero. Hace poco litigué para que nos entregaran el cuerpo de una chica porque las autoridades la mandaron a una fosa común exclusiva para los que murieron por COVID. A pesar de los obstáculos legales que nos puso la secretaría de Salud, logramos recuperarla y brindarles a sus familiares el derecho de un entierro digo. En aquella ocasión, el Ingeniero también apoyó donando ochenta trajes anti COVID para que se pudiera exhumar el cuerpo”.
En este año los asesinatos contra mujeres trans ha aumentado: el dieciséis de febrero mataron a una mujer trans en situación de calle en la Alcaldía Cuauhtémoc, el 21 de febrero otra chica más fue asesinada y su cuerpo fue abandonado en el parque Cuitláhuac de la Alcaldía Iztapalapa.
Al respecto “Hace más de un año, en Toluca, Estado de México, un cliente mató a Karen Sánchez, en su punto de trabajo porque exigió que le regresara el celular con el que había pagado un servicio, ella al negarse, la balaceó. Fue hasta que el doce de noviembre, Brigada y REALITRANS, (asociación sin fines de lucro y que apoya a mujeres trans) cerramos las calles de Toluca”.
“Mágicamente a unas horas de esta protesta, les marcan a las compañeras avisándoles que acababan de detener al agresor aunque en el momento del asesinato el ministerio público lo dejó libre aún con las pruebas que lo incriminaban. También les estamos dando seguimiento a este caso. Viridiana fue asesinada con un tenedor. Hoy varias compañeras y yo venimos a la audiencia en Texcoco, Estado de México, donde se le dio sentencia a la agresora” .
El último caso de transfeminicidio fue la semana pasada en la Calzada de Tlalpan cuando mataron a Devanny García, mujer trans que ejercía el trabajo sexual. Otra trans le exigió el pago de derecho de piso pero al negarse fue agredida hasta causarle una hemorragia cerebral, esto originó en que fuera hospitalizada en estado de coma, sin embargo, a los pocos días falleció.
Arlen subraya, “la violencia patriarcal que vivieron gran parte de su vida se está reflejado en ellas, desafortunadamente, varias de ellas terminan actuando igual. Hace falta el reconocimiento entre ellas mismas y no verse como enemigas, aquí lo preocupante es el cobro de derecho de piso que se está normalizando en algunos lugares donde se ejerce el trabajo sexual. Se abrió una carpeta de investigación donde los familiares, amigas y pareja de Devanny exigen justicia”.
Pandal, asegura: “Debido a la pandemia, muchas chicas llegaron a trabajar a las calles por problemas económicos. Brigada, además de las campañas permanentes de salud, tuvo que crear dinámicas de prevención como ejercitar el trabajo en equipo y la concientización desde la discusión de hipótesis de riesgo en las calles hasta que ellas mismas propusieron como actuar correctamente cuando les ocurra algo similar. Seguimos dando un taller de periodismo para que tengan un oficio en sus tiempos libres y puedan ver la realidad que hay con sus demás compañeras”, concluyó.
Harumi, mujer trans de cuarenta y cuatro años y que ejerce el trabajo sexual desde los diecisiete años nos comparte: “Tengo más de veinte años de haber conocido a Devanny, ella era tranquila, sociable, alegre no le gustaban los conflictos, una buena compañera, una buena amistad. Invito a mis compañeras a que solo se dediquen a trabajar, que no peleen ni jugando porque un mal golpe puede ser contraproducente”.
“Recuerdo cuando Galilea murió en 2005, ella se fue a trabajar con un cliente militar, él iba tomado y chocó su coche en una avenida, ella salió disparada hasta quedar atravesada con las ramas de un árbol, no puedo olvidar esa escena. Él quedó paralitico pero no hubo justicia porque la familia de él paro la bronca”.
“Siempre somos discriminadas por el color de piel, por ser indígenas, por ser pobres, por nuestra identidad de género pero sigo orgullosa de ser trans y de nuestras lenguas nativas”, finalizó”.
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