
Intervención en la marcha del 1° de mayo
El 1° de mayo participamos, junto con otros colectivos y organizaciones, en la movilización anticapitalista, a propósito del día internacional de las y los trabajadores, organizada por lxs compxs de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer «Elisa Martínez» y la Organización Popular Francisco Villa de Izquierda Independiente. A continuación las palabras que compartimos ahí.
Compañeras, compañeros:
Hemos marchado hasta este sitio en una jornada de lucha y de conmemoración porque estamos convencidos de que el Día Internacional de las y los Trabajadores nos convoca a refrendar el compromiso con la clase trabajadora y con la dignificación del trabajo como una actividad humana creadora de la riqueza colectiva, a pesar de la pretenciosa aspiración del sistema capitalista y de los patrones de prescindir de las y los trabajadores en la era de la inteligencia artificial. Hoy hacemos frente a la barbarie que en el primer cuarto del siglo XXI impone el capitalismo a la clase trabajadora y a los pueblos en la mayor parte del mundo. A cada paso llevamos en la memoria el recuerdo de quienes antes y después de aquel año de 1886, que dió origen a este día, sacudieron las calles y las fábricas a lo largo y ancho del planeta para reivindicar las causas de la clase obrera.
Este día nos recuerda que unidos somos más fuertes, algo que a los patrones y los dueños del dinero les gustaría que olvidemos para que, con la fragmentación laboral y de clase, se impongan sin resistencia los proyectos de muerte y explotación. Los poderosos y sus aliados formales e informales (entre ellos paramilitares) imponen la destrucción, siembran terror y dolor con las armas por delante, como lo hacen hoy hacia el pueblo palestino, como también lo hacen hacia los miles de jóvenes que en busca de trabajo se encuentran con el exterminio o con la guerra económica a los pueblos del mundo a través de medidas arancelarias unilaterales. No olvidamos que esto no es nuevo, a más de medio siglo del bloqueo al pueblo cubano, cuando constatamos los grandes daños provocados a la población para enfrentarla con su gobierno revolucionario.
Hoy debemos defender más que nunca la solidaridad internacional entre las y los trabajadores, con los palestinos que luchan cada día por sobrevivir y recuperar su territorio y su derecho a decidir su destino, con los pueblos sojuzgados por la explotación, por la eliminación del brutal bloqueo a Cuba, por la defensa de la soberanía de todos los pueblos contra la pulsión de dominio del imperialismo estadounidense. Necesitamos defender la unidad de la clase trabajadora más allá de toda frontera cuando casi 300 millones de personas viven y trabajan fuera de su país de origen, muchos en el trabajo informal, y la mayoría en condiciones vergonzosas, para generar los miles de millones que alimentan las arcas de los dueños del dinero beneficiados de su explotación. Es necesario unirnos frente a las expresiones políticas más rancias de la clase dominante que defienden con bríos renovados el fascismo, la xenofobia y la dominación de manera abierta y descarada.
Dentro de las fronteras de nuestro territorio, la unidad y la organización de la clase trabajadora siguen siendo tareas prioritarias. Es necesario fortalecer los sindicatos con independencia de clase y democratizar a las organizaciones obreras, porque todavía es muy pequeña la porción que se encuentra sindicalizada; la gran mayoría tiene que velar por sí misma de la mejor manera que puede, trabaja en la informalidad y carece de derechos laborales. No dejamos de saludar y defender cada una de las luchas que cada uno damos, pero también sabemos que sólo si nos organizamos, seremos más fuertes y podremos impulsar cambios y reivindicaciones generales: Combatir la criminalización del trabajo sexual y reivindicar el derecho a la identidad, dignificar el trabajo informal y promover formas de organización en cooperativas que nos permitan satisfacer colectivamente nuestras necesidades; mantener el incremento salarial, los días de descanso necesarios; recuperar las pensiones que hoy siguen en manos de las administradoras de fondos para el retiro con jugosas ganancias de cientos de miles de millones de pesos; defender los derechos de los trabajadores ante las grandes empresas instaladas en el país y las que aspiran a explotar el trabajo del pueblo mexicano con la relocalización; luchar por la vivienda digna bajo el interés de los trabajadores y, en última instancia, por el trabajo y la vida dignos. Con nuestra unión seremos capaces de abrazar otras luchas como las de nuestros hermanos migrantes en Estados Unidos y los dolores de quienes en México buscan incansablemente a sus familiares desaparecidos.
Más o menos, como decía Ricardo Flores Magón:
Que nuestra presencia aquí sea no sólo una muestra de protesta, sino una resolución inquebrantable de frenar las embestidas del monstruo capitalista.
Sigamos tejiendo en común la unidad, la organización y la conciencia, porque sólo así venceremos.
¡Que vivan las y los trabajadores del mundo!
¡Que viva la clase trabajadora mexicana!
¡Que vivan las organizaciones de las y los trabajadores!
https://tejiendorevolucion.org/el-torito/intervencion-en-la-marcha-del-1...
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