¡Sácame de una duda! ¿N0? y Entrevista a Rosa Isela fundadora de El Encanto del Condón

¡SÁCAME DE UNA DUDA! ¿NO?

Por "La voz de villa radio", del FPFVI UNOPII.

En su mayoría jóvenes que ahora tienen las hormonas a flor de piel, fueron los primeros en acercarse; los atrajo el ¡Pásele, Pásele! Que salía de unas bocinas. Hay de todos tamaños, colores, olores y sabores: Batm...an, Diablo, Corazón, Delfín y hasta de el de broma.

Pero ¡Qué te platico! ¡Mejor pasa! Invitaba el anfitrión al ver curiosidad en los transeúntes. Muchos no esperaron, ya estaban adentro, movidos por el qué será y que era, “El Encanto del Condón”, un lugar que cumplía once años de proteger a bajo costo de enfermedades tan mortales como SIDA.

Ese establecimiento, que dirían los más recatados, está fuera de contexto, se ubica justo, donde hay un variopinto de cosas, de aromas y de ruidos –saliendo de la estación del Metro Normal-.

Ahí, donde transitan en el ajetreo de la vida cotidiana, como imprimir una tarea urgente o comer algo rápido. Donde el ruido de los coches ensordecen y el grito de “¡Súbale, súbale! Ya mero se va”, aturde.

Es un lugar, que rompe con lo cotidiano y deja volar la imaginación. Esa condonería cumpleañera arrancó sonrisa, un chiste o una broma. Permitió que hubiera mezcla de risas de los estudiantes que pasaban. Jaló la vista y otros sin pensarlo, dijeron hasta a media voz: “vamos a mi lugar favorito”.

Pero no era sólo los “globitos” lo que llamó su atención, también que los orientaban sobre educación sexual, sobre cómo prevenir enfermedades, las pruebas gratis que les ofrecen y el evitar que salgan con “el domingo siete”.

Era el trabajo de Brigada Callejera el que en realidad cumplía años y lo hacía con la explicación de cómo usar el condón. Una pareja de tortolos que cruzó la puerta tímidamente, cohibidos y hasta inseguros, fueron interceptados por alguien:

“¡Que pasó chavos ¿Qué andan buscando?!” Uno a otros se miran como buscando respuestas, es el silencio quien responde.

Sin dar más tiempo ese alguien se presenta “¡Hola soy Elvira! ¿Ya saben cómo ponerlo -señalando un condón- con el cuello?” La curiosidad se dibuja en sus rostros, no saben si dar un paso más o no, miran hacia todos lados cerciorándose que nadie en ese local los conozca. Ella le toma la mano cada vez con más fuerza a su compañero; se nota su nerviosismo, pero él responde, caminando con mayor seguridad, como si con ello le dijera “¡¡¡ NO!!! ¡¡¡No podemos regresar, pues ya estamos aquí!!!”

Elvira les explica los tipos de anticonceptivos que hay, tanto para mujeres, como para hombres. Usa un lenguaje chusco, pícaro, quizás subido de tono, pero sin dejar de lado la información con frases y ademanes, rápido les enseña.

Unos se sonrojan, no saben dónde meter la cara, otros solo ríen a carcajadas, cuando les pregunta “¿A poco alguien la tiene así? ¿Ni el burro verdad?” Poco a poco muestran más confianza, se sueltan, algunos hasta preguntan, otros se atreven a tocar todos los “juguetitos” –como los califican los que ahí trabajan-.

Y la explicación de la cumpleañera no podía faltar:

Fue hace once años que esta cordonería nació a partir de la demanda de muchos jóvenes por aprender cómo poner un condón con la boca, con los pechos, cuál es el adecuado en cada relación, cómo seducir a su pareja. Rosa Isela Madrid, fundadora de la cordonería, explicaba todo con emoción.

Hablaba del éxito...Lo importante de esto, narraba, es que cuando se formó este espacio nunca se pensó en adquirir una ganancia, hemos pasado por varias crisis, por ejemplo cuando la gente empezó a ver que este local servía como proyecto económico, muchas agrupaciones del gobierno, nos hicieron competencia, pero fueron tronando porque buscaron todo menos dar un servicio de corazón.

Ahora “El Encanto del Condón”, entre música, imitadoras y un pastel que se compartió con todos aquellos que pasaban por ahí, celebraba un triunfo más. La timidez había desaparecido, tanto que hasta al cantar las mañanitas, a todo le encontraban doble sentido.

Sonrisas y momentos serios llegaron. Una pequeña encuesta del porqué venía y cómo saben del lugar, le daba el toque profesional a su labor. Muchos, reconocían que iban pasando y hasta nos comentaban la escena: Fue bien chistoso, nos paramos en la puerta y nos decíamos -¡Entra tú! ¡No mejor tú! ¡Ándale pregúntale tú sobre esto o aquello!
Además, no pasa lo que en otros lugares, te venden los productos, te enseñan para qué sirven y cómo usarlos. Jamás pensamos que en un lugar así podrías pasártelo tan bien, porque así aprendemos sobre la importancia de protegerte.

A mí, por ejemplo, mi novia me advirtió ¡No me beses si no tienes el condón puesto! finaliza riéndose, uno de los cuatro chavos, todos con mochilas, uniformes y hasta batas de laboratorio.

Lo más bonito, suspira Rosa Isela, que en once años muchas personas, aunque no compran, viene y nos comparten su vida, sus experiencias, lo que les pasa a diario, ¡Hasta para eso ha servido este local! Lo otro es seguir creando promotores de salud y son los jóvenes los que se acercan.

Aquí han pasado generaciones que se mantienen de la venta de nuestros condones. Hay hasta quien nos preguntan ¿Es permitido? Y ¡Claro que es permitido!, si eso te sirve para resolver una situación económica, agrega.

El condón -El Encanto-, debe servir no solo para cubrir los gastos de los estudios que les damos de manera gratuita, como el de VIH o del Papiloma, sino que también para ayudar de otra manera –económicamente-…Y, finalizó, recuerden, usen el condón, mejor, cuando le ponen el encanto.

Algunos testimonios de los que ese día-viernes 31 de mayo - visitaron el local.
Nos comentan brevemente que les pareció en lugar, así como la historia del recinto.
Algunas otras notas sobre Brigada Callejera en www.unopii.org
o bien por el 91.7 de fm en la zona oriente."La voz de villa radio".

http://soundcloud.com/vozdevilla-villa/entrevista-a-rosa-isela