EL TRIÁNGULO DRAMÁTICO:
NOTAS PARA UNA DISCUSIÓN SOBRE VÍCTIMAS DE TRATA, SALVADORAS Y VICTIMARIOS
Paráfrasis de algunas líneas de las “Aplicaciones prácticas sobre EL TRIÁNGULO DRAMÁTICO”, elaborado por Lluís Camino Vallhonrat, Barcelona 1998:
http://lluiscamino.com/sites/default/files/Triangulo_Dramatico.pdf
Jaime Montejo de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, “Elisa Martínez”, A.C.
Agencia de Noticias independiente Noti-Calle, Ciudad de México, 13 de abril de 2018.
LA SALVADORA DE PRESUNTAS VÍCTIMAS DE TRATA DE PERSONAS
La SALVADORA de presuntas víctimas de trata de personas, va por la vida prestando ayuda a cambio de mantener la dependencia de dichas personas hacia ella. Por una parte, necesita Víctimas de Trata y, si no las encuentra, las crea, haciendo pasar a todas las trabajadoras sexuales como víctimas de la prostitución; por otra, al ser ayuda inauténtica, se queja continuamente de sus esfuerzos. Suele decir “siempre se aprovechan de mi generosidad”.
La SALVADORA es feminista prohibicionista, es monja o predicadora cristiana, es una mujer que estuvo en situación de prostitución y en otros casos que simula dicha condición.
La SALVADORA, es un eslabón muy importante de la industria del rescate de víctimas de trata, es una empresaria que le permite formar parte de un negocio multimillonario que se asemeja al de la industria sexual en cuanto a ganancias obtenidas y que aspira a tener un nivel socioeconómico alto.
Las mercancías que la SALVADORA de víctimas de trata, vende al mejor postor en la industria del rescate, son las mujeres que trabajan en el sexo.
Algunas SALVADORAS que brillan entre potentados y medios de comunicación, también son gerentes de franquicias empresariales de la industria de la FE, donde el temor a la perdición eterna, se transforma en bienes y capital para ser disfrutado sólo por ellas y sus familiares.
La SALVADORA considera que las presuntas víctimas de trata de personas le necesitan y asume la responsabilidad de solucionar los problemas de la Víctima, pues cree que la Víctima no puede pedir ayuda ni resolver su situación. Por ello no toma en cuenta si necesitan su apoyo, sino que imponen una ayuda que en muchas ocasiones provoca más daño que beneficios a las mujeres falsamente rescatadas.
La SALVADORA actúa bajo el efecto del sentimiento de culpa y por la necesidad de sentirse superior, ejercer la autoridad sobre quienes ha rescatado y mantener el sistema económico basado en la extracción de plusvalía.
A la SALVADORA no le interesa que las víctimas conquisten la libertad, sino que se incorporen a industrias diferentes a la sexual, donde vendan su mano de obra y no cuestionen las ganancias que produjo y que sus patrones se van a apropiar legalmente. Tampoco le interesa que la víctima se valga por sí sola, sino que busca su dependencia perpetua para sacar provecho económico de ella.
A la SALVADORA le interesa que las víctimas se conviertan en prohibicionistas fundamentalistas, con el evangelio en la mano y recitando el catecismo de la teología de la prosperidad, con un rosario católico recordándole a la víctima todo el tiempo que la prostitución la ensució y le hace sentir culpable de su situación y victimaria, sino abandona el comercio sexual.
LA PRESUNTA VÍCTIMA DE TRATA DE PERSONAS
La presunta VÍCTIMA de trata de personas, se las arregla para no hacer bien las cosas y depender de la ayuda de su mesías, su SALVADORA.
La presunta VÍCTIMA envía mensajes de queja e indefensión para que la gente les tenga lástima, actitud que es alimentada por su SALVADORA, su comportamiento es autodestructivo, que provoca su humillación o sufrimiento y finge estar en crisis existencial todo el tiempo.
La presunta VÍCTIMA de trata se comporta de forma clientelar y si una SALVADORA no le cumple sus expectativas, la acusa de VICTIMARIA y busca “a un mejor postor”.
La actitud de la presunta VÍCTIMA de trata, suele buscar que la SALVADORA le resuelva su vida y cumpla su promesa de hacerla empresaria y convertirla en "Salvadora".
La actitud de la presunta VÍCTIMA de trata, suele ser: Pobre de mí, yo estoy mal, tú estás mal y vamos arreglárnosla para que me resuelvas mi vida entera.
La presunta VÍCTIMA de trata, dice: Tu como SALVADORA estás bien y quiero que te hagas cargo de mi malestar, me muestres el camino y me digas qué debo hacer con mi existencia.
La presunta VÍCTIMA de trata busca que su SALVADORA la rescate no sólo en lo material, sino que la guíe espiritualmente y la ilumine con sus creencias religiosas.
La presunta VÍCTIMA de trata de personas, es un ser oportunista que siente culpa, inferioridad, tristeza y tiene una baja autoestima. Su sentimiento básico es contra la vida que le hace sufrir y contra las SALVADORAS que siguen afianzando su incapacidad para salir adelante y la hacen depender de sus limosnas.
EL VICTIMARIO
El VICTIMARIO se caracteriza por la agresividad, quiere satisfacer sus necesidades a costa de la dignidad de quienes le rodean, poniendo a los demás en situaciones difíciles o de sufrimiento. Su lema es te voy a sacar de la miseria y como me lo debes, lo que ganas es casi todo para mí.
El juego del VICTIMARIO es rudo; exige que se cumplan sus reglas impuestas en contra de la voluntad de las VÍCTIMAS auténticas al pie de la letra y suele propasarse con personas dotadas de una personalidad vulnerable, aquellas se complementarán con el Juego que marque el VICTIMARIO, haciendo de VÍCTIMAS o a prendiendo a comportarse como tales.
Existen tres clases de VICTIMARIOS:
Activos, actúan para satisfacer sus necesidades, pisoteando la dignidad de los otros, como las "ladies", que dicen luchar contra la trata de personas desde sus mansiones de ensueño.
Vengativos, su propósito es castigar a los otros y tener la sensación de triunfo, de haber ganado, en donde se instalan algunas ex víctimas, diferente a sobrevivientes.
Pasivos, éstos persiguen al no cumplir con sus obligaciones como algunas autoridades anti-trata que simulan cumplir metas y al no capturar tratantes, siembren pruebas a trabajadoras sexuales, meseras, bailarinas y algunas líderes. Pone a los demás en serios apuros, provocándoles ansiedad o preocupación.
VÍCTIMAS Y TRABAJADORAS
Las víctimas de trata de personas, que se transforman en sobrevivientes y pueden salir adelante sin depender de nadie, individuos, institución social o empresa, pasan a ser seres humanos libres que luchan por un futuro mejor.
Las víctimas de trata de personas auténticas, se librarán de su condición social de esclavitud, cuando dicha condición termine y entonces se incorporarán a la economía de mercadeo donde venderán su fuerza de trabajo sin que medien sus genitales ni su sexualidad.
Las trabajadoras sexuales se librarán de la explotación de que son objeto, destruyendo la propiedad privada, codo a codo con los demás sectores de la clase trabajadora, sin rescatadoras, sin salvadoras ni víctimas de las circunstancias.
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